Para intentar comprender la historia de Luis Miguel Gallego Basteri es necesario indagar en su árbol genealógico. Así lo entendió el periodista español Javier León Herrera, quien ha dedicado más de dos décadas de trabajo a viajar por el mundo para investigar las raíces familiares del cantante y cómo éstas moldearon su presente.
Así, buena parte de las 276 páginas de Luis Miguel: la historia, su nueva biografía del cantante que llega esta semana a Chile, fueron destinadas a los antepasados del intérprete de Suave: por un lado, la complicada relación del solista con su abusivo padre, el fallecido músico andaluz Luisito Rey, con quien cortó toda comunicación cuando cumplió 18 años. Y por otro, el de su madre italiana, la desaparecida Marcela Basteri, la gran cruz que carga el artista y, para muchos, la génesis de su complejo presente.
"Son dos momentos muy complicados pero muy diferentes. No es lo mismo lo que une vive en su adolescencia que haber enfrentado esto otro a los 40 y tantos años. Lo que saco en limpio es que de ambas situaciones ha logrado salir", dice a La Tercera el autor, quien trabaja como asesor de guión de la serie que prepara Netflix sobre el mexicano. Considerando que el propio Luis Miguel está involucrado en la producción, el fichaje de León da a entender que el entorno del cantante habría aprobado su nueva biografía.
En ésta última también hay pasajes dedicados a Chile, con un episodio llamativo: cuando en agosto de 1986 Luisito Rey le pidió a Basteri que se reunieran en España, días antes de su desaparición, la excusa que dio éste fue que necesitaba su firma para que su hijo pudiera entrar a Santiago. Ya en Madrid, cuando Basteri se comunicó por última vez con su familia, "les dijo que iba a viajar a
Chile para reunirse con Micky allá", detalla el libro sobre las últimas palabras que se escucharon de la madre del cantante.
¿Es la relación con sus padres la que moldea la carrera y personalidad de Luis Miguel hasta hoy?
Sí, efectivamente. Aunque no sólo en el caso de Luis Miguel. Para todo ser humano el entorno en el que crecemos nos va marcando y Luis Miguel no es la excepción. Para contar su historia y ayudar a entender su personalidad hay que contar cómo eran sus padres, cómo fue el estilo de vida de ellos y cómo a muy temprana edad él deja de ser un niño común y corriente, y se convierte en una estrella. Todos esos avatares son realmente la historia de Luis Miguel, del ser humano y del artista.
En el caso de la desaparición de su madre, da la impresión que es más lo que sabe que lo que finalmente incluyó en el libro. ¿Hubo detalles que no pudo comprobar o que son demasiado delicados para publicar?
Hay que aclarar que por un lado está la faceta del escritor y por otro la del ser humano. Uno intenta enfocar las cosas desde ambos prismas, sobre todo cuando encuentra este tipo de información. Lo que yo cuento sobre la mamá de Luis Miguel es lo que puedo contar. Hubo cosas que no pude incluir porque no logré comprobar, pero al mismo tiempo no quería que el libro fuera tachado de morboso, traté de empatizar con su sufrimiento.
¿Cree que esta apertura que ha hecho Luis Miguel de su intimidad es una estrategia para superar un momento complejo?
En el último tiempo, aparentemente, hay un atisbo de transformación de su personalidad. Se le va más accesible, más abierto y por lo que he podido saber, es posible que se haya acercado a una mayor espiritualidad, que se haya encontrado con Dios. Me parece que se refleja en su personalidad y que con eso ha conseguido una mayor estabilidad emocional.
En su opinión, ¿qué originó esta última crisis del cantante?
Creo que fue una acumulación de factores. Un tema anímico, sumado al problema en uno de sus oídos, que incluso pudo haber hecho peligrar que volviera a cantar. Son cosas que se empiezan a juntar en una persona que ya cargaba con el sufrimiento de una historia truculenta. Eso creo es lo que lo lleva a una crisis de la que afortunadamente logró salir.