Fue reverenciado por los artistas de las generaciones más disímiles -desde Beto Cuevas y Álvaro Henríquez, hasta Florcita Motuda y 31 Minutos-; se juntó luego de años con su amigo de toda la vida, Miguel Tapia, para recordarnos la mayúscula emoción que aún significa ver a parte del núcleo central de Los Prisioneros cantando temas del conjunto; y el cierre tuvo a esos mismos invitados desplegando un lienzo con la arenga Jorge es para siempre, en alusión al Nada es para siempre con que se bautizó el espectáculo.
Pero Jorge González, un hombre que sabe de audiencias vibrantes y masivas desde antes que cumpliera 20 años, recoge un solo instante de ese 27 de noviembre de 2015 en el Movistar Arena: "Lo que más recuerdo es el ruido de la gente", responde en conversación vía correo electrónico con La Tercera, hoy su forma más fluida de comunicarse.
De alguna forma, el ruido del público se justificaba: en la música chilena, se trató de un show sin paralelos. Ni antes ni después. Luego que en febrero de ese mismo año se la diagnosticara un infarto isquémico cerebeloso que lo obligó a una meticulosa rehabilitación, y que lo dejó con secuelas en el habla y en su motricidad, el cantautor retomaba su agenda en vivo con una presentación donde se le vio con un caminar más pausado y una capacidad interpretativa en rodaje. El sanmiguelino nunca más volvió a ser el mismo, materializando su abandono definitivo de los escenarios en la Cumbre del Rock Chileno de 2017.
Su reaparición en el reducto de Parque O'Higgins fue el testimonio definitivo de un creador batallando contra la adversidad, pero también el abrazo fraterno de una docena de músicos que en algún punto de su trayectoria se vincularon con el ex Prisionero. "Estaba muy sorprendido (con ese homenaje)", rememora el hombre de Muevan las industrias.
Por eso, el registro del hito tendrá un estreno estelar dividido en tres fases. Hoy, el show íntegro de Nada es para siempre estará disponible en todas las plataformas digitales, no sólo -en el caso de Spotify- vinculado al propio protagonista, sino que también a los perfiles de todos los artistas que estuvieron en esa noche. El viernes llegará a tiendas en formato físico, con una edición doble en CD y una triple en vinilo. Ambas entregas serán "de lujo", e incluirán textos e imágenes.
Finalmente, el jueves 6 de diciembre, justo cuando González cumpla 54 años, sucederá quizás la acción más relevante del proyecto. YouTube estrenará la película del concierto- también con la presentación completa sumado a escenas de backstage, ensayos, entrevistas con los involucrados- en una emisión única. Será un live streaming en un horario a definir, para luego ser bloqueado, por lo que después sólo se podrá acceder a él a través de distintas opciones pagadas de descarga.
"Será algo irrepetible. Se muestra una vez y nada más. Las coordenadas se difundirán en los próximos días", adelanta Gabriel Franchi, Country manager de Faro Latino, la firma más grande del continente consagrada a la distribución digital de audio y video, marketing en plataformas digitales e instancias similares, partícipes también de esta instancia.
Pero el protagonista medular de la película no oculta su felicidad y también tiene un recuerdo para el bloque en que cantó junto a Tapia, el más memorable de la velada: "a Miguel lo quiero mucho y fue lindo tocar juntos". En ese set, la dupla prisionera interpretó El baile de los que sobran. Antes, el propio cantante había hecho cinco composiciones de su era en solitario (las recientes Trenes o Nada es para siempre, la clásica Hombre), junto a otras de su desaparecida agrupación, como Brigada de negro y Pa pa pa.
En la primera parte del evento, aparecieron, entre otros, Gepe con Esta es para hacerte feliz; Pedropiedra con Sexo; Florcita Motuda con ¿Por qué no se van?; Mi casa en el árbol en la lectura de Gonzalo Yáñez; We are sudamerican rockers, según Álvaro Henríquez; y una notable versión de Tren al sur en la voz de Roberto Márquez. El registro fue trabajado por casi dos años y, según sus representantes, todas las ganancias irán para el propio González.
Un músico que, pese a sus difíciles últimos años, se ha mantenido informado de la actualidad. A mediados de mes, cuando el país se sacudía con la muerte del joven mapuche Camilo Catrillanca, el twitter del sanmiguelino posteó la letra de Arauco tiene una pena, de Violeta Parra, pero que él mismo versionó para su álbum Libro (2013).
"Primero que nada, no soy yo ese Twitter, no tengo ni cuenta", aclara el artista. En rigor, tal plataforma la maneja parte de su familia. Pero igual, con respecto al conflicto mapuche, puntualiza: "Es terrible cómo abusan de los verdaderos dueños de la tierra". González aún no pierde el filo para observar el mundo.