En enero de 2017, Jorge Carey asumió como mandamás en CHV. El abogado puso en marcha un plan que recién hoy ve sus frutos. Al finalizar 2016, las pérdidas del canal rondaban los $8.101,6 millones, mientras que durante el primer trimestre de 2019 registró un déficit de $1.315 millones, logrando una reducción de 77% si se compara con igual periodo del año anterior. De la misma forma, redujo los costos y los gastos de administración del canal en 47% y 20%, respectivamente. Según cercanos, si bien no se encuentra plenamente satisfecho, pues aún no logra zafar de los números rojos, valora los cambios. Su fórmula radica en dos áreas: por un lado, puso en marcha un plan de gestión más eficiente y, al mismo tiempo, dio un vuelco en la parrilla; quedaron atrás programas como Espías del amor, Primer plano y Alerta máxima.
La idea es contar con un canal familiar que pueda competir con Canal 13 y TVN y, por lo mismo, apuntó a ser más atractivo a las grandes marcas, alejándose de una oferta ligada a los estratos socioeconómicos bajos. A pesar de los nuevos bríos, igualmente sufrió una caída de 30% en sus ingresos en el último trimestre interanual, provocado por no organizar el último Festival de Viña. Además, vino una reducción en los programas prime, los que fueron reemplazados por Pasapalabra, una apuesta que resultó beneficiosa en audiencia y costos. CHV redujo durante el primer trimestre de 2019 a la mitad el costo que le implicaba la producción nacional propia en comparación con igual periodo del año anterior.