El consenso al interior de la industria de la música en vivo es que el panorama del sector es tan incierto como complejo. Tras una temporada de reprogramaciones, conciertos cancelados y un verano de baja actividad, como consecuencia del estallido social, se esperaba que este fuera el semestre del repunte. Pero con la suspensión de Lollapalooza como primera señal de alerta, el jueves pasado, seguido del anuncio presidencial del viernes y la prohibición de todos los eventos para más de 500 asistentes, a causa del avance del coronavirus, se sepultaron las expectativas de un gremio que del 18 de octubre a la fecha acumula pérdidas cercanas a los US$ 40 millones.
Una “tormenta perfecta” para el sector -según comentan algunos productores- que obligó a realizar ajustes inmediatos. Si bien la autoridad no ha aclarado cuán extensiva será esta restricción, los organizadores de conciertos del país dan por hecho que la medida no se levantará antes de junio o julio, en el mejor de los casos. Cuatro a cinco meses en los que la cartelera local luce una abultada programación que incluye, por ejemplo, el debut de Metallica en el Estadio Nacional (abril), el paso de la gira de despedida de Kiss por el Movistar Arena, en mayo, y el estreno en el país de Billie Eilish en el mismo recinto en junio. Diversos hitos que, por ahora y a nivel interno, se consideran suspendidos, por lo que ya se trabaja en su reprogramación.
Según diversas fuentes al interior del rubro, la prioridad por estos días es mover todo para fin de año y acordar una nueva fecha con cada artista, ya sean extranjeros o nacionales. La esperanza es que la pandemia haya bajado de intensidad en el verano del Hemisferio Norte, época en que diversas estrellas de la música esperan volver a las pistas y cumplir con sus fechas pactadas.
Luego de esto la idea es que venga el turno de Sudamérica, Chile incluido, por lo que la mayoría de las conversaciones en este punto entre productoras y artistas apuntan a reacomodar todas las giras pendientes entre octubre y diciembre próximo, como ocurrió con el Lollapalooza santiaguino, que quedó fijado para el último fin de semana de noviembre.
En ese sentido, el objetivo de los promotores es posponer y no cancelar los recitales ya anunciados, y tratar de cerrar pronto las nuevas fechas de los shows, para así darlas a conocer al público con coordenadas definitivas. Con esto, además, se busca evitar la devolución de entradas en masa y así no perder lo invertido en cada evento.
Si bien este proceso de re-negociación podría tardar varias semanas, se espero que en los próximos días se de a conocer qué ocurrirá con los conciertos más inmediatos, como los que realizaría el músico estadounidense Pat Metheny este viernes y sábado en el Teatro Caupolicán.
“La situación que estamos viviendo es compleja, ya que debido al estallido social el año pasado nuestra industria tuvo fuertes repercusiones con cancelaciones, postergaciones y una baja considerable en la actividad sectorial. Sumado a que durante el verano muchos eventos tuvieron fuertes complicaciones de seguridad y logística, generando perdidas económicas en muchos casos”, comenta Francisco Goñi, de Agepec, la entidad gremial que agrupa a los productores de conciertos.
"Ahora con la situación del coronavirus estamos frente a lo que se podría llamar una 'tormenta perfecta', donde tenemos un potencial de riesgo para 40 mil empleos directos e indirectos, afectando al mismo tiempo a todos los proveedores del sector, cuya cadena de valor incluye a empresas medianas y pequeñas que hoy se ven afectadas por todas estas situación", añade.
Lo anterior es parte de una problemática global: según han informado medios especializados como Rolling Stone, la industria de los shows en vivo, hoy principal fuente de ingresos de los artistas y la "mina de oro" de negocio musical con ingresos mundiales cercanos a los 30 mil millones de dólares, proyecta pérdidas que hasta hoy ascienden a 5 mil millones de dólares.
Campañas y shows vía streaming
La pandemia del coronavirus y sus coletazos a nivel planetario no sólo afectan a las grandes estrellas y a las principales empresas del rubro, sino que golpean con más fuerza a las productoras medianas del rubro y a los diversos profesionales que se desempeñan en áreas técnicas de esta actividad, que en su mayoría perciben ingresos por cada evento realizado.
“Estamos en una situación de absoluta precariedad", comenta Nano Stern. "Tengo la certeza de que se han cancelado todas las actividades en las que yo iba a participar de aquí a dos meses más. Está complicada la cosa más que para la industria pero también para la gente, para todo el mundo que trabaja en esto, para todos los que trabajamos arriba del escenario, los técnicos y para toda la familia y toda la industria que se moviliza alrededor de eso”, agrega.
Ante la emergencia, han surgido iniciativas por parte de artistas locales. Como la planteada en las últimas horas por Denisse Malebrán, que busca evitar la devolución de boletos en casos de shows nacionales. Esto, como "una forma de ayudarlos en invertir en otras producciones hasta volver a tocar en vivo", posteó la vocalista de Saiko en su cuenta de Twitter.
"Cuando dije ayuden a sus artistas favoritos hablo de todo el mundo del espectáculo, donde todos ellos debieron cancelar sus shows", explica la a La Tercera la cantante, que trabaja junto a un equipo de 13 personas. "Esa idea surgió de manera espontánea, no conversé con nadie y dije 'chuta, capaz que esto pueda ayudar a alguien'. Me imagino que para ese artista el hecho de que la gente no pida la devolución significa poder afirmar su show para las contrataciones paralelas a su actuación".
A esta iniciativa se suma lo anunciado hoy por el grupo de hip hop Movimiento Original, que ante los efectos del coronavirus y la cancelación de sus fechas en Chile y Colombia, decidió realizar un show vía streaming para sus seguidores. Éste se llevará a cabo el próximo 27 de marzo a las 21 horas, a través de la web EnPrimeraFila.cl, con el fin de conectarse de otra manera con su público y “de plegarse al llamado para que todas y todos permanezcan el máximo tiempo posible en sus casas”, explicaron.
La idea de los conciertos virtuales ya había sido probada en los últimos días por artistas internacionales como el colombiano Juanes, el español Alejandro Sanz y el uruguayo Jorge Drexler, quien al ver cancelada su última presentación en Costa Rica interpretó su repertorio en vivo en el mismo teatro sin público y a través de sus redes sociales.