Ayer el mundo del espectáculo nacional despertó golpeado por la muerte de Liliana Ross, a los 79 años, una de las figuras más reconocidas y populares de las teleseries chilenas.
La actriz nacida en Génova, Italia, llevaba varios años alejada de la televisión y de las teleseries, a pesar de haber participado en más de 20 producciones dramáticas, paseándose por los cuatro canales de relevancia (Canal 13, TVN, Mega y CHV). Su primer papel fue en 1977, en La colorina (Canal 13), donde fue la protagonista de la historia, y la última ficción en la que participó fue La sexóloga (CHV), en 2012. También participó en emblemáticas telenovelas como La torre 10, Machos, Amor a domicilio, Rossabella y A todo dar.
Pese a ese recorrido, en los últimos años su nombre había desaparecido de las áreas dramáticas. Sin embargo, sí tuvo apariciones en el cine, como parte de Qué pena tu boda (2011), Qué pena tu familia (2012) y Mamá ya crecí (2014), entre otras cintas.
En julio de 2014, Ross asistió a Radio Cooperativa para promocionar su obra, la comedia Sexitosas, y en una entrevista con el mismo medio aprovechó de hablar de su distanciamiento con la televisión: "Me encantaría volver a hacer alguna teleserie, porque he tenido grandes experiencias. Me encantaría que me llamaran, porque tengo mucho carrete de actuar en televisión, y cada año que pasa uno se pone más profunda. He pedido trabajo, y no tengo idea por qué no me llaman".
Según sus cercanos, desde 2016 y 2017, empezó a sufrir una serie de problemas cognitivos que imposibilitaron su retorno en forma plena a la pantalla chica. Ayer uno de sus colegas, Héctor Noguera, comentó en Muy buenos días (TVN) que Ross padecía de Alzheimer. Por tanto, su familia había optado por resguardarla en la intimidad -vivía junto a su marido, Raoul Pinno-, evitando apariciones públicas.
Ayer en un enlace con el matinal Bienvenidos (Canal 13), su hija Moira Muller explicó que en el último tiempo, como familia, procuraron mantener a Ross alejada de los medios, dada su condición de salud.
Gloria Laso, una de sus amigas en la escena local, comenta que hace casi dos años que la había dejado de ver, y que prefiere "recordarla siempre alegre, elegante y estupenda, como buena italiana. Era complicado visitarla, porque uno más que estorba o incomoda en ese tipo de situaciones. Ella estaba con ese problema en la cabeza, se le olvidaban las cosas. La Lili ya no estaba en todas sus facultades, por la edad que tenía", afirma.
Eso sí, después recuerda que "nos conocimos hace mil años con en la escuela de teatro de la Universidad Católica. Su primer esposo, Hugo Muller, me dirigió en mi primera teleserie en Canal 13, y recuerdo que al tiro la encontré muy amable, muy afectuosa. Creo que el gran legado que deja la Lili es la solidaridad y el cariño que tuvo hacia los compañeros, hacia el gremio".
Es en ese punto que también coincide Rodrigo Bastidas, actor que trabajó con Ross en varias teleseries, incluyendo Machos, en 2003, como uno de sus siete hijos, el papel que dejó para la memoria colectiva. "Ella era una persona muy de teatro, ponía plata de su propio bolsillo para montar obras. Era una fuente de trabajo para los colegas. Era muy generosa, ofrecía ayuda, y siempre iba a los montajes de los compañeros, y por eso se quejaba cuando ella trabajaba y no la iban a ver. Defendía mucho este oficio", afirma.
Una muestra de esta lucha que Ross daba por sus pares, la explica Esperanza Silva, presidenta de ChileActores: "La Lili fue extremadamente comprometida y aguerrida con todos los problemas que tenemos nosotros y nuestro oficio. Trató de darle dignidad a los actores y por eso fue que dirigió ChileActores. Siempre que había que reclamar por nuestros derechos, hacer paros, iba por delante, ponía la cara y el nombre".
Silva también menciona con énfasis que la fallecida actriz "fue una adelantada para su época. Siempre trabajó como actriz, pero fue la primera mujer que comenzó a producir sus propias obras de teatro, en un mundo muy masculino. Entonces, ella montó Sinvergüenzas, y voló la taquilla".
Fue en esa adaptación teatral de la película Full Monty, dirigida por Ross y estrenada en 2000, que irrumpieron actores jóvenes, como Gonzalo Valenzuela, quien se sumó al elenco gracias al olfato de Ross, iniciando a partir de ahí una abundante trayectoria en TV.
Hoy se realizarán sus funerales a las 13 horas, tras una misa en la iglesia Inmaculada Concepción de Vitacura.
Su rol emblemático: la matriarca de Machos
Uno de los papeles televisivos más recordados de Liliana Ross es el de Valentina Fernández. En Machos, la exitosa teleserie que Canal 13 emitió en 2003, la actriz interpretó a la mamá de los siete hermanos Mercader, algo completamente alejado de la realidad, ya que ella solo tuvo hijas.
En dicha producción, Ross tuvo el rol de la matriarca, esposa de Ángel Mercader (Héctor Noguera), y sus hijos fueron Álex (Jorge Zabaleta), Ariel (Felipe Braun), Alonso (Cristián Campos), Antonio (Pablo Díaz), Adán (Gonzalo Valenzuela), Amaro (Diego Muñoz) y Armando (Rodrigo Bastidas).
"Para mí fue entrañable tenerla como Valentina, la madre de todos estos hombres. Fue muy tierna durante ese año y medio de grabaciones. La Lili nunca tuvo hijos hombres, pero la ficción le ofreció ser madre de siete hombres, y se notó que ella lo disfrutó, porque nos regaloneó mucho", recuerda Cristián Campos, el hermano mayor. "La escena del fallecimiento es conmovedora. Estuvo rodeada por sus cachorros. Será una escena que siempre recordaré".
Pablo Díaz, el menor del clan Mercader, también dice que esa escena lo marcó: "ese momento es icónico dentro de las teleseries chilenas. Hasta hoy la gente me para en la calle y me la recuerda. Tengo los mejores recuerdos de la Lili, porque aparte de ser muy profesional y generosa, siempre fue muy cariñosa, una verdadera mamá". Bastidas, en tanto, marca una diferencia: en su caso fueron tres teleseries en las que hicieron de madre e hijo. "Ella era tan cálida, tan cariñosa. Era tan trabajadora y buena compañera", comenta.