Hacia fines de los años 60, Elvis Presley estaba a punto de transformarse en un simple recuerdo. El Rey del rock, el hombre que había cambiado todo en la música una década antes, estaba perdido, deprimido y profundamente descontento con las últimas decisiones de su carrera, por ese entonces eclipsada por el éxito de grupos juveniles como The Beatles y The Rolling Stones, y limitada a a comedias musicales de Hollywood -tan rentables como cursis e intrascendentes- y singles que no lograban entrar ni en el top 40. ¿Cómo revivir la carrera de una estrella con la brújula perdida, sin éxitos recientes y una reputación al borde del despeñadero? La respuesta a la que llegó el Coronel Tom Parker, el célebre e implacable mánager de Elvis, fue la misma que encontrarían Luis Miguel y su equipo de asesores medio siglo después.

Según la historia oficial, fue Parker quien pensó en la televisión como vehículo para reimpulsar la carrera de su representado, y el que se acercó a los ejecutivos de la cadena NBC para ofrecerles una transmisión especial protagonizada por el hombre de Tupelo. La idea, materializada meses después con la célebre transmisión del 3 diciembre de 1968 frente a la teleaudiencia norteamericana, más que un simple éxito fue una revolución, y sus efectos en la industria y la cultura popular aún se pueden percibir, 50 años después.

Para celebrar las bodas de oro del hito, el legendario '68 Comeback Special volverá este mes a la pantalla, ahora para los fans del Rey de todo el mundo. Un estreno simultáneo en salas de cine de más de 50 países, incluyendo dos cadenas chilenas que se sumaron al festejo universal (ver recuadro), programado para el próximo jueves 16 de agosto, fecha en que se conmemoran los 41 años desde la muerte del artista.

El retorno del Rey

El célebre show de 60 minutos de duración, estrenado en su momento simplemente como "Elvis", inicialmente sería un típico especial televisivo de fin de año de temática navideña. Esa al menos era la intención de Parker al momento de negociar con los ejecutivos de NBC el regreso de Presley a la televisión después de siete años. Fue entonces cuando apareció el actor secundario clave de esta historia y, de acuerdo a todos los registros, el principal ideólogo tras las innovadoras ideas del Comeback special: el director y productor Steve Binder.

Fue cuando éste último tomó el control creativo del proyecto que todo cobró forma definitiva. Consciente de que más que un simple programa lo que tenían entre manos era la oportunidad de realizar "algo realmente importante" -con esas palabras terminó de convencer a Elvis-, Binder ideó un show que combinó cuidadas escenas de estudio con una actuación en vivo junto a su banda de siempre y frente a una reducida audiencia. Un formato que años después inspiraría a los recordados "unplugged" producidos por MTV, con estrellas de rock actuando en plan íntimo y desenchufado.

En ese bloque el Rey estuvo a la altura de las circunstancias. Si bien en los primeros instantes sus músicos lo notaron algo nervioso ("llevaba mucho tiempo fuera del ojo público", diría a la revista Rolling Stone el recientemente fallecido baterista D.J. Fontana), con el correr de los minutos apareció un Elvis en estado puro, carismático, desinhibido y, a sus 33 años, en plena forma vocal y también física, con un cuerpo trabajado a punta de clases de karate, según reveló Fontana. Así lo atestiguan las icónicas postales que dejó aquella noche, con Presley repasando sus mayores éxitos guitarra en mano, sentándose entre el público para los himnos románticos, e incluso bromeando con sus músicos e incursionando en el stand up comedy.

"Hay algo mágico al ver a un hombre que estaba perdido encontrar el camino de vuelta a casa. Cantó con una potencia que la gente ya no espera de los cantantes de rock and roll, y movió su cuerpo con una falta de esfuerzo que debe haber hecho morir de envidia a Jim Morrison", dijo el crítico musical Jon Landau en su reseña del memorable espectáculo, cuyo legado alcanzó a artistas de diversos géneros y latitudes. El mismo Álvaro Henríquez explicaba a este medio que el montaje de su recital en el Teatro Caupolicán por el aniversario del Unplugged de Los Tres, en formato 360° y con los músicos tocando al centro en una suerte de ring de boxeo, era un homenaje al especial de NBC.

Tras protagonizar uno de los programas más vistos de la historia -el 42% de los telespectadores estadounidenses sintonizaron el show, según cifras de la época-, Presley volvía a los ránkings, a los discos importantes ( From Elvis in Memphis) y meses después iniciaría el tercer tiempo de su carrera, con su primera residencia en el International Hotel de Las Vegas y su catálogo de éxitos "maduros", antes de su muerte a los 42 años. Pero su imagen de aquella noche al centro del escenario, enfundado en cuero negro y reclamando su trono, sigue brillando como uno de los más espectaculares regresos de la historia de la música popular.