Entre los vaivenes de la industria televisiva global, una constante es la calidad y éxito de las producciones británicas. Pero incluso tomando en cuenta la buena salud de esa industria, los resultados de la serie de época Call the midwife son atípicamente sobresalientes para la BBC: diez millones de espectadores por episodio, cifra que a lo largo de siete temporadas apenas ha variado, ubicándola como una de las series más populares de la televisión pública británica de esta década.
Un éxito que además no se ha visto disminuido cuando la trama, que sigue a un grupo de matronas en Inglaterra a fines de los 50 y principios de los 60, ha modificado a buena parte de su elenco inicial, incluido a su personaje principal. Ahora, en medio de su séptima temporada, que en Chile se emite los martes a las 22.00 por el canal Europa Europa, se prepara a despedir a otro miembro de su reparto: la actriz Charlotte Ritchie, quien desde hace cuatro años interpreta a la enfermera Barbara, una de las protagonistas de la historia.
"Fue una decisión extremadamente difícil el despedirme de ella (Barbara). Ha sido un placer el pretender ser ella durante cuatro años", explica la actriz a La Tercera desde Inglaterra. "Siento que el personaje ha crecido mucho en este tiempo. Ha aprendido muchísimo sobre la vida, la amistad y el amor. Nunca iba a llegar el momento en que me sintiera feliz de decirle adiós, pero me conformo en lo mucho que ha evolucionado", agrega, afirmando que el cierre de su historia es satisfactorio.
Ritchie ya había abandonado temporalmente, con su personaje ausente durante la primera mitad del actual ciclo, debido a los compromisos teatrales de la actriz, quien presentó una obra en los escenarios de la histórica calle West End en Londres. Si bien en un momento se consideró cerrar la historia de Barbara ahí, finalmente se decidió que regresara cuando su agenda se liberara para concluir el arco dramático de su personaje, que se podrá ver en los episodios de noviembre.
La justificación para su desaparición momentánea de pantalla fue la mudanza de Barbara con su marido Tom a otra ciudad. Cuando finalmente regresan, habrá algunos cambios. "Su vida ahora es diferente. Tiene que encargarse de otra persona, teniendo una vida más tradicional de esposa, cocinándole a Tom y lavándole la ropa. Porque en los años 60 al parecer era imposible que un hombre pudiera mantener un matrimonio y además lavar sus propios calcetines", dice riéndose, pero agrega: "pero no ha cambiado el centro de su personalidad. Sigue teniendo la misma energía".
Para la actriz, la clave del éxito sostenido de la serie es su capacidad de poner la historia en perspectiva. "Muchos miran con nostalgia el pasado, o los 'buenos tiempos', y entonces la vida era aún más brutal. Pero lo que la serie sí rescata es un sentido de comunidad que quizás se ha perdido", dice. Luego concluye: "es una serie que se sigue moviendo, a la par de cada avance histórico que representa. Y en su centro, siempre hay historias muy personales de amor y coraje. Te puedes identificar con eso a pesar de que nos separe el tiempo".