"Si esto es cierto, sería algo muy duro para la industria; tener nuestro propio (Harvey) Weinstein", decía en abril María Elena Aguirre, ex directora del área dramática de Canal 13, con respecto a las acusaciones que dio a conocer la revista Sábado en contra del director televisivo Herval Abreu, por acoso y abuso sexual.
La comparación con lo vivido en Hollywood era tentadora: así como en octubre de 2017 Weinstein, poderoso productor de cine norteamericano, fue el primer caso del mundo del entretenimiento estadounidense en dejar en claro la normalización de los comportamientos sexuales impropios en esa industria -iniciando de paso el movimiento #MeToo y la caída de distintas figuras del cine y la TV a nivel mundial-, lo de Abreu fue también la primera situación de este tipo -múltiples denuncias por acoso y abuso contra un realizador- en destaparse en el medio local.
Pero, en perspectiva, lo más similar al caso Weinstein que ha sucedido en Chile estaba aún por llegar. Lo vivido por el director nacional Nicolás López desde hace una semana, cuando la misma revista publicó un nuevo reportaje en donde ocho mujeres acusaban de acoso y abuso sexual al realizador de Qué pena tu vida, tiene paralelos con el productor hollywoodense.
Atendiendo a los matices y las proporciones (las acusaciones iniciales contra Weinstein eran cerca de dos docenas, incluyendo casos de violación), el desarrollo de los primeros siete días tras las denuncias a López han sido similares a lo que vivió Weinstein a comienzos de octubre, tanto en las palabras con que se defendieron como en la manera de operar en torno a sus proyectos en desarrollo.
* "No soy un abusador"
En la única declaración oficial que realizó personalmente a un medio hasta el día de hoy con respecto a las acusaciones, Weinstein afirmó al periódico The New York Times que toda la situación se trataba, prácticamente, de un tema de perspectivas diferentes, y no de abuso, haciendo un intento de empatía con las denunciantes.
En rigor, puso el acento en el dolor de las víctimas más que en la responsabilidad propia: "Me he dado cuenta que la forma en la que me he comportado con colegas en el pasado ha causado mucho dolor, y me disculpo sinceramente por eso". Después de eso, ha negado haber cometido cualquier contacto sexual no correspondido.
La primera declaración pública de López, subida a YouTube, toma un tono parecido, apelando a sus víctimas: "Estoy en shock todavía, al ver todas estas declaraciones, en gran parte hechas por personas cercanas, de confianza, donde había relaciones de cariño. Estoy muy impactado al ver que se sintieron mal por mis actos. Por eso aprovecho de pedir perdón, por cómo se sintieron".
También niega que los actos que cometió, por más que hayan incomodado a las denunciantes, constituyan abuso. "No soy un acosador, no soy un abusador. Podré haber sido un descriteriado, un barsa, un jote o un imbécil. Pero eso (un abusador) no lo soy", afirma en el video.
En el reportaje del New York Times, la abogada de Weinstein lo describe como "un viejo dinosaurio aprendiendo nuevos trucos", intentando presentar las faltas de Weinstein como algo propio del contexto histórico en el que creció. En entrevista con La Tercera, antes que se revelaran las acusaciones, López utilizó una defensa similar: "Tengo 35 años, fui criado en una sociedad de machismo tóxico full, en la que todos tuvimos que aprender a porrazos, sin guía, cómo relacionarnos con el género femenino (...) te empieza a dar vergüenza ajena todas las veces que uno como hombre ha sido desubicado, torpe en la seducción, muy insistente o jote".
* El adiós de sus empresas
En el mismo video donde realizaba sus descargos, López anunciaba que dejaba su productora, Sobras, con el objetivo de no implicar a sus compañeros, entre ellos su socio Miguel Asensio, en las consecuencias que pudiera tener este caso. Así el realizador abandonaba un proyecto que marcó toda su carrera profesional y con el cual se transformó en uno de los directores chilenos más taquilleros y exitosos de esta década, con cintas como la trilogía Qué pena..., Sin filtro y No estoy loca, además de múltiples proyectos internacionales, desde cintas norteamericanas como Knock knock hasta la mexicana Hazlo como hombre.
Tras explotar el caso Weinstein, el productor también abandonó la compañía que llevaba su nombre The Weinstein Company, una productora con una veintena de premios Oscar, aunque la trastienda fue diferente: Weinstein fue despedido días después de destaparse las primeras acusaciones, aunque cuando la decisión iba a ser ratificada por la directiva, el productor renunció. Su salida implicó una etapa de incertidumbre para la compañía, borrando los créditos del ejecutivo de todos sus proyectos, y eventualmente declarando la quiebra. Ayer, tras un largo proceso de negociaciones, se anunció que la empresa será comprada por el grupo económico Lantern Capital, sin experiencia previa en el entretenimiento.
La salida de López también gatilló el fin de Sobras: la productora como tal desaparecerá y sus proyectos en carpeta, que incluyen las películas Adictas y Hazte hombre, quedarán a manos de la productora de Miguel Asensio, Sin Perdón de Dios, que buscará un nuevo socio. Por mientras, según afirmó a La Tercera la distribuidora nacional BF, que ha estrenado la mayoría de las cintas de Sobras, ellos le comprarán a la productora su participación en su próximo proyecto, la cinta ¿Cómo andamos por casa?, co-producida por Boris Quercia, y podrían hacer lo mismo con futuras cintas.
* Abogadas feministas y firmas que manejan crisis
Quizás la similitud más llamativa entre López y Weinstein sean los nombres que eligieron para defenderse. Por ejemplo, ambos, en un movimiento polémico, contrataron a abogadas que se reconocen como feministas. En el caso de Weinstein, fue Lisa Bloom, quien cimentó su carrera representando a mujeres en casos de alto perfil, incluyendo a víctimas de acoso por parte de Bill Cosby y el ejecutivo Roger Ailles. En medio de una ola de críticas, que incluso vinieron desde la madre de la litigante (la legendaria abogada feminista Gloria Allred), Bloom renunció sólo dos días después de las primeras acusaciones. Posteriormente calificaría su decisión de representar al productor como "un error colosal".
Por el lado de López, la defensora es Paula Vial, autodefinida como "feminista militante", por lo que su decisión de representar al cineasta le ha valido críticas. En las pocas declaraciones que ha realizado, Vial asegura que el reportaje de Sábado tiene afirmaciones "descontextualizadas y falsas" y que está "convencida de la inocencia" de López.
Ambos también establecieron una relación con una conocida firma de manejo de crisis para asesorarse: López con Imaginacción y Weinstein con la empresa Strick and Company. Imaginacción ha intentado manejar en estos días la situación de López; su par norteamericana no tuvo mucha suerte en esa misión. Tras meses en que Weinstein sólo sumó nuevas denuncias, Strick and Company renunció a representarlo en abril. Desde entonces Weinstein está asociado al relacionador público Juda Engelmayer.w
* El caso a la justicia
Aquí el paralelo se comparte con Abreu: tras las denuncias presentadas en Sábado, la Fiscalía Metropolitana Oriente inició investigaciones de oficio para determinar posibles delitos cometidos por el realizador televisivo y por López. Mientras, las fiscalías de Nueva York, Los Angeles y Londres hicieron lo propio con Weinstein tras las acusaciones en su contra. En mayo, Nueva York se transformó en la primera ciudad en formalizarlo, por cargos de delitos sexuales con los que arriesga hasta 25 años en prisión. Esta semana la misma ciudad sumó un cargo extra, por lo que ahora podría recibir cadena perpetua. López aún no recibe cargos de manera oficial, pero el abogado de la Fundación para la Confianza, Juan Pablo Hermosilla, quien representa a parte de las denunciantes, asegura que están próximos a una querella. "Son muchas personas (las denunciantes), entonces es un proceso que ha demorado, pero en los próximos días debería haber novedades", dice.