La figura del denominado “rostro de TV” ha cambiado. Lejos quedaron los espacios que se sostenían en una figura clave, desde el legendario Sábados Gigantes hasta otros como Venga conmigo, Rojo, Viva el lunes, De Pé a Pá, Sal y pimienta, y otros que incluso fueron bautizados en homenaje a sus animadores: La noche de Cecilia (Canal 13), Mucho Lucho (Canal 13), Gigantes con Vivi (Canal 13 y Mega) y Halcón y camaleón (TVN, encabezado por Felipe Camiroaga).
De hecho, quienes protagonizaban cada uno de esos proyectos hoy están fuera de pantalla o tienen una presencia sólo esporádica, como Don Francisco, José Alfredo Fuentes, Rafael Araneda, Antonio Vodanovic, Cecilia Bolocco, Luis Jara y Vivi Kreutzberger.
Este año, además, muchos de los animadores más célebres de la actual pantalla chica también estuvieron ausentes del medio local, entre ellos Martín Cárcamo, que en junio vio cancelado su estelar Bailando por un sueño; Carolina de Moras, cuya última aparición fue como jurado en el mismo estelar de baile; Katherine Salosny, quien dejó TVN en 2019 tras hacer el late No culpes a la noche; Luis Jara, alejado del matinal de Mega, Mucho Gusto, por el giro editorial que dio el programa a raíz de la pandemia.
La Tercera conversó con varios rostros acerca del tema, quienes hicieron sus reflexiones.
“Hoy los rostros no son lo más importante de la televisión. Son los jurados. O los formatos. En mi época había que hacer de todo, era otro corte de programas, el animador tenía que hacer muchas funciones. Ahora las cosas han cambiado”, expresa Don Francisco, el rostro televisivo más icónico de la pantalla local.
Para Luis Jara, ausente de la pantalla por estos días, pero a la espera de un retorno junto a un próximo espacio de conversación en Mega, analiza: “Nunca he pensado que los rostros de TV seamos imprescindibles y menos irreemplazables. Es una figura que dados mis años en la TV he podido confirmar. Lo que sí creo es que a partir de los nuevos tiempos que estamos viviendo como sociedad, los comunicadores tenemos la exigencia de darles transparencia y compromiso a nuestros contenidos. La TV chilena hoy debe adaptarse a los nuevos tiempos y en eso está la empatía, el compromiso social y la opinión”.
Por su parte Francisco Saavedra, animador de Canal 13, propone matices. “No es que los conductores de TV no tengan importancia, al contrario, creo en la importancia vital del rol del conductor, pero que efectivamente la TV cambió absolutamente, y también el rol del conductor de TV. Tiene que ver también con que esa TV inalcanzable, de presupuestos millonarios, ha tenido que aterrizar a lo que significa y a lo que es el país, y creo que los ejecutivos se dieron cuenta tarde de eso, que hubo un cambio de paradigma. Creo que el conductor tiene que ser mucho más cercano, más opinante pero también transversal, respetando posturas políticas, poniéndose en los zapatos del televidente. Cuando no logras empatizar, eso te hace lejano y te hace pasar sin pena ni gloria”.
A juicio de Eduardo Fuentes, conductor de Mentiras Verdaderas de La Red, “es una importancia relativa la que tienen los rostros hoy para la TV. Antiguamente la industria televisiva fulguraba en torno a muchos de estos rostros que eran endiosados muchas veces por las mismas gerencias y por las audiencias, y varios de ellos terminaron creyéndose semidioses intocables, que estaban por sobre el bien y el mal, malacostumbrando un poco a las audiencias. Hoy estamos en un mundo mucho más horizontal, donde el rol de nosotros los conductores, no me gusta mucho la palabra ‘rostro’, pero es una discusión aparte, es un poquito más horizontal, estamos más permeables a la crítica”.
Coincide en ese punto Monserrat Álvarez. “Siempre he creído que el concepto de ‘rostro’ es reduccionista en relación a lo que debe ser la función de un conductor o periodista de TV”, dice la conductora del matinal Contigo en la Mañana de CHV. Y prosigue: “Creo que hoy la TV exige cosas bien distintas respecto de sus conductores, por razones obvias ha ido cada vez más necesitando que sean periodistas porque se necesita versatilidad, especialmente en los matinales”. Al mismo tiempo, dice, “la cercanía es mucho más importante de lo que era hace 15 o 20 años en la televisión. Al lector de noticias y al conductor del matinal le pides cercanía, que no es solamente la empatía, sino también cierta disposición a contar o a expresar lo que tú eres, lo que tú piensas, lo que tú opinas”.
Por su lado, la conductora de TVN Karen Doggenweiler considera que ahora “la sociedad es mucho más exigente, tiene muchas instancias para expresar su opinión sobre todos los temas, y la televisión es uno de ellos. Esta es una sociedad crítica. Que pide debate. Los animadores siempre hemos estado al servicio de los contenidos”.
Y añade: “Pensar en una televisión no colaborativa donde el resultado depende solo de un factor es irreal. La televisión es un trabajo en equipo del que uno es un engranaje más. Nuestro rol, ayer y hoy, es aportar con nuestra experiencia y talento al desarrollo de esos contenidos. Es cierto también que antes había programas que se adaptaban o desde el origen se creaban a la medida de los atributos de los animadores, pero su éxito o fracaso no se puede adosar a solo ese factor”.
En tanto, Carolina de Moras recuerda que cuando comenzó en televisión, “hace unos 10 o 12 años, ya estaba empezando ese cambio respecto a que ya los programas eran dedicados para el público y pensando en ellos. Pero era un cambio necesario empezar a asumir que los rostros había que bajarlos de ese pedestal”. En 2018 la exconductora del Festival de Viña decidió dejar CHV, donde entre otros proyectos conducía el matinal La mañana. “A mí me decían que estaba loca, cómo vas a dejar la TV, y en su momento tuve miedo, me cuestioné. Pero en ese momento no me sentía cómoda con la TV que estaba haciendo, con el rol que se me exigía en la TV y con lo que se comunicaba. Tuvo un precio, me tuve que reinventar”, dice sobre eso. Entre sus últimos proyectos estuvo el programa de TV+ Cosas de mujeres (2019).
También alejada de la pantalla chica se encuentra Katherine Salosny. Respecto del rol del rostro de TV, puntualiza: “El rostro hoy no es la figura inalcanzable, que está desde un lugar neutral, sino que se valora esa figura que está en conexión con lo que pasa. Y para mí un referente muy potente en ese sentido es Julio César Rodríguez”. Y añade un punto que, a su juicio, también es clave: “Ser mujer en Chile no es fácil, menos en los medios de comunicación. Los costos que se pagan son brutales, lo he vivido en carne propia. Ese también es un factor diferenciador respecto de rostros masculinos, que se la llevan bastante más fácil: pueden envejecer, engordar en TV, las mujeres no”.