La comparación vino desde un frente inesperado. En diciembre pasado, un mes antes de la llegada a Chile del Papa Francisco, el sacerdote jesuita Fernando Montes contrastó el costo de realizar el Festival de Viña con el de la visita del Sumo Pontífice, señalando que el primero "vale millones y no deja el beneficio que puede dejar lo segundo". Más allá de las apreciaciones subjetivas, el diagnóstico del ex rector de la UAH falló en lo estrictamente numérico, ya que el actual presupuesto del certamen viñamarino apenas sobrepasa la mitad de los cerca de $10 mil millones que hubo tras la venida de Jorge Bergoglio.
Según diversas fuentes ligadas al evento, la edición 2018 del Festival se ha levantado con aproximadamente US$6 millones (3.560 millones de pesos chilenos), cifra bastante lejana a los montos que la organización dispuso para las últimas versiones, y que responde a la crisis por la que atraviesa la industria televisiva y al estricto plan de ahorro que ha implementado la actual administración de Chilevisión. De hecho, el presupuesto 2018 de la cita representa la mitad de la inversión de la edición del año pasado, cercana a los US$12 millones, la que a su vez ya había disminuido en US$2 millones con respecto a 2016 (año en que se gastaron cerca de US$14 millones).
Con todo, desde la producción del certamen han insistido en que esta progresiva reducción de presupuesto no afectó las negociaciones con los artistas -canalizadas a través de la gestión de la productora local T4F + Bizarro- ni repercutió en el nivel de la parrilla musical, que se costea con la mitad de la inversión total, es decir, aproximadamente 1.800 millones de pesos. Un monto, en cualquier caso, bastante más elevado que el de otros certámenes televisados del país, como el Festival del Huaso de Olmué, que para su última edición invirtió en su menú artístico aproximadamente $250 millones.
"La parrilla no tuvo crisis, ni se hizo con menos presupuesto. El Festival hizo ahorros por otros lados que no significaron bajar el nivel artístico", asegura el director general del evento, Alex Hernández, consultado por el escenario financiero de la última versión de la cita que transmite Chilevisión, a la espera de su próxima licitación. En ese sentido, los ajustes de cinturón se habrían realizado en otros aspectos de la producción, optimizando tiempos de montaje y revaluando la relación del canal con sus proveedores de escenografía, audio e iluminación.
Reggaetón y humor
De los tres millones de dólares que tuvo a disposición el canal anfitrión para confeccionar la programación artística de Viña 2018, casi un tercio de ese monto fue a parar a Luis Fonsi, el número más costoso de la presente edición. Según diversos conocedores de las negociaciones entre los productores de la cita y el equipo del puertorriqueño, los primeros desembolsaron poco más de US$700 mil (415 millones de pesos) para amarrar el regreso a la Quinta Vergara de quien es hoy por hoy la mayor figura de la música latina en el mundo.
Una elevada tarifa justificada en el status que hoy exhibe el otrora jurado de The voice Chile, quien en el último año y gracias al fenómeno global de Despacito se transformó en uno de los artistas más costosos del circuito iberoamericano. Sin ir más lejos, hace exactos tres años, el mismo Fonsi cobró aproximadamente US$ 250 mil (148 millones de pesos) por su aterrizaje en Viña 2015.
Un poco más abajo en el listado aparecen los protagonista anglo de esta versión del Festival, los británicos Jamiroquai, que cobraron US$600 mil (356 millones de pesos) por su primer desembarco en la Quinta Vergara, fijado para la noche del jueves 22. El monto, que incluye gastos de vuelo, hospedaje y otros aspectos, si bien sitúa a los autores de Virtual insanity entre los mejor pagados del certamen, no alcanza lo desembolsado en los últimos años por otras estrellas del Hemisferio Norte, como Elton John o Rod Stewart, por quienes en su momento se invirtió cerca de un millón de dólares.
En cuanto a los humoristas, quien recibirá el mejor pago de esta edición será Stefan Kramer, quien volverá a enfrentarse al Monstruo a diez años de su debut. Para fichar al imitador, la señal de Turner desembolsó $150 millones. Le sigue Bombo Fica, otro que apuesta por un regreso triunfal a la Quinta, quien cobró cerca de $80 millones.
Por su parte, Alison Mandel recibirá $13 millones y Sergio Freire $8 millones. El caso de éste último es especial, ya que su llegada a Viña fue una de las condiciones que puso cuando CHV lo tentó para participar en los diez años de El club de la comedia. Finalmente, por su rol de jurado, el líder de Illapu, Roberto Márquez, obtendrá una cifra cercana a los $ 10 millones.