De los cuatro protagonistas de Perdona nuestros pecados, sólo Mariana Di Girolamo se enfrentaba por primera vez a un rol principal en una teleserie. Con menos de cuatro años de experiencia televisiva, la actriz asumió el rol de María Elsa Quiroga y desde entonces sólo ha sabido de elogios por su trabajo, convirtiéndose en una de las favoritas de la prensa de espectáculos y farándula. Reconoce que en algunos momentos la exposición mediática la superó, pero que de a poco se fue relajando y aprendiendo de sus colegas más experimentados. "Ha sido bien heavy. Yo te diría que ahora está más tranquila la cosa, pero al principio esas salidas brutales en Primer plano, por ejemplo, me descolocaron bastante", cuenta.
Pero junto a la sobreexposición llegaron también las ofertas laborales, y hoy está en cinco proyectos, entre cine y teatro, además de la nocturna de Mega, que hoy vuelve con su segunda temporada, de lunes a miércoles. Y aunque no sabe bien en qué momento se tomará vacaciones, para el segundo semestre anhela "viajar a Europa por un rato largo".
¿Siente que Perdona nuestros pecados le cambió la vida?
La sobreexposición y eso de que te saluden en la calle ya lo había vivido con Pituca sin lucas pero esta vez fue distinto. Estoy tratando de tomármelo de la mejor manera posible, porque entiendo que esto viene desde el cariño y el aprecio de la gente, pero cuando se pone más cargante la cosa y empiezan a transgredir tu vida personal, es distinto. Eso me descolocó un poco, pero siento que debo aprender a jugar. Lo importante es cuidar mi entorno más íntimo, y entendí que también es bueno no dar de qué hablar.
¿Cree que a veces ser conocida se le ha escapado de las manos?
Sí. A veces dan ganas de no ser cordial y de mandar todo a la chucha, porque a ratos es duro. Uno no logra entender por qué no respetan tus espacios personales, cuando estás comiendo, con tu familia, con tus sobrinos. Yo hace un rato que no leo mucho las cosas que dicen en las redes sociales, porque al final terminas borrando fotos que te gustan, pero que otros dicen que pareces un elfo o un hobbit. Trato de escuchar sólo comentarios que tengan que ver con mi trabajo y siempre que sea una crítica constructiva.
¿Sigue haciendo las mismas cosas de antes o se priva de algunas?
Hay cosas de las que ya me privo. Antes iba mucho a la feria, en José Arrieta, y ahora voy menos. Me carga darme color pero descubrí que el camuflaje sirve. O sea, yo sé que no soy una actriz de Hollywood pero me pongo un pañuelo, unos tontos lentes y me meto al Persa, porque hay cosas que no quiero dejar de hacer. Y lugares para recrearme, frecuento espacios que son como más underground tal vez. Me gusta el circuito del techno y siempre con las mismas personas, que me conocen hace hartos años. Igual, creo que si me voy a meter a una disco en Plaza San Enrique, sería fatal, pero no lo voy a hacer. Me gusta mucho mi espacio, mi casa. Vivo en Lastarria y acá ya todos me conocen.
Su rol de María Elsa ha sido cuestionado con comentarios machistas, por haber tenido relaciones con tres hombres. ¿Qué opina de eso?
En la teleserie ella es una adolescente que tiene sexo con más de una persona en un lapso de tiempo, que es muy fértil y queda embarazada, y tiene este amor prohibido con el sacerdote. Y métale "María el sapo suelto". Las críticas a María Elsa son un síntoma de nuestra sociedad machista, es parte de nuestro Chile actual, porque si esto hubiera sido al revés jamás la habrían criticado como lo hicieron, tratándola de suelta. Pero la otra vez en el aeropuerto un sacerdote me dijo que María Elsa y el cura están encarnando una historia de amor muy humana, y la gente la ha agradecido. Creo que nos hace falta educarnos.
Cuando supo del alargue y de la segunda temporada de la teleserie, ¿le pareció una buena idea?
Fue una mezcla de sensaciones. Reconozco que sentí un cansancio cuando recibí la noticia. Llevábamos tanto trabajando y ahora nos queda tanto más. La preocupación por la historia y lo que iba a pasar surgió al tiro. Pero dialogamos con Pablo Illanes, con la Quena (Rencoret) y la Dani (Demicheli), y Pablo nos dijo que tenía para escribir un año más de teleserie. Claro que hay momentos más altos y otros más bajos, pero no es que estemos estirando el chicle. Son más meses de sueldo estable y eso es bueno para todos, porque el momento actual está complicado para los actores.
¿Le preocupa la realidad de las otras áreas dramáticas?
Sé que CHV va a reabrir su área dramática y que Canal 13 está gestionando algunos proyectos. De TVN no sé mucho y todos sabemos que Mega va como avión. Es positivo que se abran áreas dramáticas porque necesitamos tener pega y vivir de este oficio. Yo nunca he bailado con la fea y muchos colegas me lo dicen, tuve suerte de entrar a Mega cuando comenzó este boom. Pero la competencia tiene que existir.