Con sólo un año en las pistas y exitosas presentaciones en La Cumbre del Rock Chileno y REC, Lollapalooza Chile será el próximo desafío para Lanza Internacional. El proyecto de los hermanos Francisco (voz y guitarra) y Mauricio Durán (bajo y coros), ex Los Bunkers, junto al mexicano Ricardo Nájera (batería y secuencias), estará presentando su disco homónimo lanzado a fines del año pasado. Con reminiscencias a la electrónica ochentera de New Order o Devo, la banda radicada en México promete hacer bailar este viernes 16 de marzo en el Acer Stage a las 14 horas, en la primera jornada del festival.
¿Cómo se ha ido afirmando su performance en vivo y cómo la sienten para Lollapalooza?
Francisco: Sentimos que estamos como en una primera etapa. El disco salió hace poco tiempo, entonces llevamos pocos meses tocando. Lollapalooza viene un poco a coronar esta primera etapa y nos parece que funciona muy bien la energía de la banda y los temas del disco en ese contexto. Me parece que el tipo de música y la energía que nosotros volcamos en el disco es muy festivalera, así que yo creo que se va a portar muy bien para Lollapalooza.
El rol de ambos en Los Bunkers era distinto, ¿cómo se han sentido en estos nuevos roles en el escenario?
Mauricio: Yo me he sentido súper bien, porque todavía estoy como con juguete nuevo. Me siento aprendiendo día a día, en cierta medida tocar este nuevo instrumento requiere de una mayor concentración para mí, entonces me enfoco mucho más en la música y lo disfruto de una manera bien diferente. Yo creo que lo que más disfruto es sacar adelante el hecho de estar tocando el bajo y poder hacerlo bien. En el esquema de la banda el bajo es bien protagonista, comparado con lo que hacíamos con Los Bunkers, donde la voz y los riffs de guitarra iban más al frente.
F: Con la voz pasa algo similar. No siento que sea un grupo con un frontman en el sentido tradicional de la palabra o como la dinámica que teníamos con Los Bunkers. Incluso al ver el grupo armado en el escenario, es una banda. En ese sentido la voz es algo mucho más integrado al conjunto.
Con Los Bunkers eran cinco en el escenario, ahora son tres, ¿cómo se aborda eso?
F: Estamos recién tanteando el terreno de este tipo de shows masivos y también los más pequeños, pero hasta ahora lo que hemos hecho es ser muy fieles a lo que pudimos generar en la sala de ensayo y el disco, que es un tipo de energía que no requiere de más personas. Nos parece que es el formato perfecto para mostrar este tipo de canciones. Igual asumimos que estamos aprendiendo y que vamos a ir desarrollando eso cada vez más en el camino.
M: Sobre todo lo que tiene que ver con los escenarios grandes. Cubrir un escenario entre tres personas, claro, obviamente es muy distinto que cubrirlo entre cinco. Nos apoyábamos mucho en el Álvaro que es un frontman completo y súper histriónico, ocupaba mucho el escenario. Yo creo que nuestro perfil en ese sentido es diferente, es menos histriónico. Somos una especie de célula.
¿Había ganas de hacer música más bailable o los temas se fueron dando?
M: Sí, había ganas, pero nunca lo hablamos en realidad.
F: No fue algo que se anotó en la sala de ensayo, sino que algo que obedece a la música que hemos escuchado y el hecho de que desde que estamos en México también nos hemos puesto más bailarines nosotros y eso se va colando de manera natural.
M: Lo que sí teníamos claro es que no habríamos desarrollado un proyecto de características similares al de Los Bunkers, porque no es algo que nos motivara.
¿Y con Los Bunkers hubiera sido imposible seguir este mismo camino?
F: No hay manera de saberlo. Pero también tiene que ver con una cosa de renovar los entusiasmos. Yo creo que habría sido difícil en el sentido de que no sé si todos hubiéramos estado en la misma página o con las mismas energías. Ahora cuando empezamos a trabajar con Ricardo yo creo que eso era una de las cosas que teníamos más en consideración. Hasta hoy cuando nos juntamos a ensayar nos proponemos pasarlo bien, porque finalmente eso se ve volcado en la música.
¿Van trabajando material nuevo, cómo componen?
M: Hemos aprovechado el impulso inicial, así que independientemente de estar viniendo a Chile a tocar o de sacar el disco, hemos estado trabajando en material nuevo.
F: Y un poco con el espíritu que había en un comienzo, estas canciones nacieron de lo que éramos capaces de generar en la sala de ensayo. A veces podíamos estar pegados horas y horas y pasándolo bien. No fueron canciones construidas en una guitarra, un piano y luego llevadas a la sala de ensayo.
¿Ustedes se proponen sonar exactamente igual a la grabación en estudio?
M: No queremos sonar igual, queremos sonar mejor. Tiene que haber una fidelidad a la grabación, pero el elemento potencia en vivo es muy importante.