Simios. Erguidos y nunca vistos por el hombre ni en las películas o en los zoológicos. Personajes forjados bajo el sol y la sombra de los departamentos de utilería y recreados con fanática precisión por los expertos en prótesis de Hollywood. Monos humanoides que redefinirían el concepto de maquillaje en la industria del cine y que hacia fines de los años 60 eran el secreto mejor guardado del director Stanley Kubrick y del productor Arthut P. Jacobs: el primero financiaba de El planeta de los simios, el segundo era el cineasta detrás de 2001: Odisea del espacio.
Estrenadas respectivamente el 27 de marzo y el 3 de abril de 1968 en Estados Unidos, ambas películas redefinieron a su manera la ciencia ficción en el cine y hasta impusieron sus propias tablas de la ley. Hoy, las historias sobre viajes interestelares no se entienden sin los alcances metafísicos ni la ambición visual de 2001: Una odisea del espacio. Tampoco, hay que decirlo, se podría pensar en series televisivas de mundos distópicos a lo Walking dead ni, por supuesto, en la renovada saga de primates que concluyó con El planeta de los simios: la guerra sin el antecedente del pesimista largometraje del realizador Franklin J. Schaffner.
Aunque ambos filmes coincidieron en sus rodajes y estreno, es necesario aclarar que se trata de propuestas muy diferentes en términos estéticos y conceptuales. Mientras Stanley Kubrick (1928-1999) era un artista libre y exigente, su compatriota Franklin J. Schaffner (1920-1989) se educó bajo los códigos del trabajo metódico en la televisión estadounidense. Kubrick pudo pasar cuatro años trabajando en 2001: Odisea del espacio sin un guión medianamente coherente que mostrar ante nadie, pero Schaffner se ajustó a estrictas reglas de filmación con libreto en mano y bajo la mirada escrutadora del producor Arthur P. Jacobs.
En lo que ambas películas coincidieron fue en el secretismo que rodeó la filmación. El productor Arthur P. Jacobs prohibió que se publicaran imágenes de los hombres primates de El planeta de los simios hasta el mismo día de su estreno: había 235 actores que diariamente usaban prótesis y filtrar fotos hubiera eliminado, según él, el "elemento sorpresa" de la producción. Al mismo tiempo que en Twentieth Century Fox tomaban medidas de seguridad en el set, los ejecutivos de Metro Goldwyn Mayer se preocupaban de que ninguna pista sobre los homínidos de 2001: Una odisea del espacio fuera a parar a la competencia. Kubrick estaba absolutamente al tanto del rodaje de El planeta de los simios y sabía que trabajaban tan duro como él para dar credibilidad a las criaturas. No quería darles ventaja ni tampoco la oportunidad de que se enteraran de sus efectos visuales y de maquillaje.
A la hora de los premios Oscar de 1969 (donde 2001 se llevó sólo el de Mejores Efectos Visuales), la película de Schaffner terminó ganando la partida y su experto en maquillaje John Chambers obtuvo la estatuilla honoraria. La decisión incomodó en particular a Arthur C. Clarke, el autor del relato original y co-guionista de la cinta, quien llegó a decir que la Academia pensó que los australopithecus al inicio de 2001 eran "auténticos hombres-mono" y por lo tanto no había maquillaje ni prótesis. Es decir, no había nada que premiar.
En los Oscar de 1969, la gran triunfadora fue el musical Oliver!, obra de Carol Reed que pocos recuerdan 50 años después de su estreno. No pasa lo mismo, claro, ni con 2001 ni con El planeta: el fresco de Kubrick sobre la evolución del hombre y la pesadillesca visión de Schaffner acerca de un futuro dominado por simios tienen la urgencia y el valor de los auténticos clásicos.
La alta definición de 2001
La conmemoración del medio siglo de ambas películas viene acompañado de la infatigable labor de las compañías dueñas de los derechos para sacar nuevas ediciones en dvd y bluray. Es más, hasta se prepara un libro en uno de los casos.
De acuerdo al portal The Digital Bits, especializado en las últimas novedades en lanzamientos fílmicos domésticos, Warner Home Entertainment planea el lanzamiento a principios de abril de una nueva edición de 2001: Una odisea del espacio. Será un bluray en formato 4K Ultra High Definition, la de mayor resolución y calidad en el mercado. La película, poseedora de una soberbia fotografía y filmada en el formato extendido de 65 mm, es perfecta para este tipo de ediciones, donde el color es aprovechado al máximo.
Durante el año además se lanzará una antología de relatos a cargo de los responsables del Arthur C. Clarke Award. Los cuentos se editarán a propósito de los 100 años de Clarke (1917-2008), el autor de El centinela, la narración original en que se basó 2001: Una odisea del espacio. Cada cuento se debe componer de 2001 palabras y entre los autores convocados hay varios escritores reconocidos de fantasía y ciencia ficción, entre ellos Neil Gaiman (Coraline), Alastair Reynolds (Casa de soles) o Claire North (Las primeras quince vidas de Harry August).
Desde Fox Connect, la filial de dvds y blurays de Twentieth Century Fox, acaban de editar la edición de los 50 años de El planeta de los simios en ambos formatos. Una de sus grandes fortalezas es el documental sobre la filmación y las pruebas originales de maquillaje. Además hay comentarios de actores y técnicos e incluso se incluye hasta un juego sobre la "zona prohibida", uno de los lugares icónicos de la película de 1968.