En 2014, Paola Volpato debutó en la entonces recién formada área dramática de Mega, con el protagónico de la vespertina Pituca sin lucas. Luego, en 2016, tuvo el rol principal en Pobre gallo, también de las 20 horas. Y el año pasado se convirtió en la villana de la segunda teleserie nocturna de Mega, Perdona nuestros pecados. Dieciséis meses lleva interpretando en pantalla a Ángela Bulnes, y hace solo unas semanas, al finalizar las grabaciones de la historia de época, logró despojarse de dicho personaje.

Hoy, está lista para comenzar a ser Carolina y Celeste. Sí: dos mujeres. Porque en la nueva producción vespertina de la señal de Bethia, Volpato tendrá un doble papel interpretando a unas hermanas gemelas. La primera es una dueña de casa que, de un día para otro, se ve envuelta en una millonaria estafa producto de los irresponsables manejos de su marido. Perseguida por la justicia, huye de su casa junto a su hijo Andy y Madelyn, su empleada dominicana, buscando refugio en el convento donde vive su hermana. El problema es que Celeste no la puede ayudar, pues va partiendo a una sacrificada misión en una remota localidad al sur de Chile: Isla Paraíso.

"Hay toda una renovación y una frescura importante en esta decimotercera producción que realizamos en Mega, algo que nos proponemos en cada nuevo proyecto que comenzamos y que es vital para el desafío de mantener al público fiel que tenemos en esta franja", explica la directora general del área dramática de Mega, María Eugenia Rencoret, sobre esta ficción que todavía no define su nombre, y que se grabará en Chiloé.

Isla Paraíso, un lugar ficticio, es un hermoso y pintoresco sitio, ubicado al fin del mundo, y extrañamente es un pueblo donde solo habitan hombres. Esta extraña condición lleva al cura del lugar, el padre Gabriel (Andrés Velasco) a hacer un anuncio que tiene a todos convulsionados: pronto arribará un bus repleto solo de mujeres, quienes vendrán a trabajar, otorgándoles facilidades para establecerse. Así ellas, piensa el sacerdote, devolverán la vida a este lugar que en estas condiciones solo está destinado a desaparecer.

Un terreno ficticio

El lugar escogido por Rencoret y su equipo para realizar esta nueva teleserie es Weltún, el pueblo que armó el director de cine Silvio Caiozzi en un terreno que compró frente a Castro y donde filmó su última película, Y de pronto el amanecer.

"En la realidad es un pueblo muy bonito, y la historia de la teleserie requería que fuera una isla, un lugar muy lejano en el sur. En la historia, este lugar es un pueblo chico, no tan producido, un poco alejado de la mano de Dios, y que hay que repoblar de mujeres", comenta la productora ejecutiva Daniela Demicheli, quien también relata que "es un gran desafío grabar allá porque son 110 personas las que están involucradas, y el clima es una constante amenaza, porque podemos grabar si llueve, pero no si llueve torrencialmente".

Mientras el padre Gabriel está decidido a ver el pueblo lleno de mujeres, en la otra vereda está su gran detractor: Óscar León (Francisco Melo), un poderoso dueño de tierras que da trabajo a la mayoría de los hombres de Paraíso.

Huraño y machista, tiene razones personales para no querer que las mujeres se tomen este lugar. Pero una vez que el bus ha llegado a la zona, ya no hay vuelta atrás y los hombres alucinan, ya que se encuentran con variadas y peculiares visitas, desde una monja, una empleada caribeña y hasta una joven novia plantada en el altar.

Lo que nadie sospecha en el pueblo es que Celeste es una impostora, porque en verdad es Carolina, la mujer perseguida por la justicia, que ha logrado escapar refugiándose en este pueblo al fin del mundo y haciéndose pasar por su hermana.

"Con esta nueva teleserie, tenemos una muy buena trama, inserta en un realismo mágico y con la ensoñación de un lugar que nos atrapará. Es una invitación a​ fantasear en una isla en el extremo sur de Chile, donde solo viven hombres, y que de un momento a otro se verá removida por la llegada de un grupo de mujeres, que estarán lejos de ser las que ellos esperan. Una comedia macondiana que nos permitirá mostrar lugares tan hermosos como esta mágica isla", asegura Rencoret sobre la producción dramática que comenzará sus grabaciones el próximo lunes, en Santiago y que será dirigida por Matías Stagnaro. Las dos primeras semanas serán en la capital, y luego, por diez días, se trasladarán a Chiloé.

De alguna manera, es el retorno de las producciones dramáticas locales a la isla del sur, luego que también La fiera (1999), de TVN, se montara en las mismas latitudes.

Por su parte, este pueblo ficticio contaba con seis casas, que el mismo Caiozzi puso ahí, siguiendo la tradición chilota conocida como mingas. Ahí, los de Mega armaron una iglesia, una pensión y un bar.

"Eran puras casas, pero nosotros mantuvimos algunas, y las otras las transformamos, porque así lo requiere la historia", dice Demicheli y agrega: "es muy distinto a lo que hemos hecho, y tiene un gran plus, porque refleja a las personas que viven fuera de la capital. Además, es un paisaje precioso, y tiene ovejas, vacas, caballos, todo muy propio del sur".

Con la gran complicación que se topará Carolina en esta odisea muy lejos de Santaigo, donde todo, aparentemente, es tranquilidad, será Óscar, quien será su enemigo. Porque sin dudas, él estaría dispuesto a entregar a Carolina a la policía si descubriera su verdadera identidad. Así, los choques entre ambos serán memorables, haciéndose la vida imposible. Aunque sin darse cuenta, Óscar descubrirá que esta mujer de hábitos prohibidos es la primera en la que ha vuelto a confiar después de todos estos años.