En las últimas semanas, Myriam Hernández ha sido testigo de manifestaciones y procesos de cambios políticos y sociales no sólo en Chile, sino también en países como Ecuador, Bolivia y Argentina. Destinos habituales para la cantante, que ha debido reprogramar varios conciertos -locales y extranjeros- de su gira Soy mujer, con la que este sábado 23 aterriza en el Gran Arena Monticello, en su regreso a la actividad en los escenarios locales.
"Son procesos de cambios y también de tristeza, de ver cómo está Latinoamérica. Pero más que el hecho de tener que reprogramar un espectáculo, me duele saber las circunstancias del por qué, sobre todo cuando ocurre en Chile", explica la solista, quien bajó todas sus actuaciones previas en el país "porque es como ridículo estar haciendo un concierto feliz cuando hay gente que lo está pasando mal. Esto invita a una reflexión como país, de unirnos, de dialogar, que lo más importante, para que se llegue a un acuerdo de hechos, no solo de palabras. La gente necesita realmente ser escuchada y que le lleguen soluciones concretas".
Tras una serie de presentaciones internacionales, la intérprete de Huele a peligro regresó a Chile apenas comenzado el estallido social, con varias regiones del país en estado de emergencia y bajo toque de queda, para luego volver al extranjero y cumplir con otros shows reagendados. "Fue muy triste, como para la mayoría de los chilenos. Y creo que es algo que no tiene que ver con partidos políticos. Creo que el sentir de los chilenos ese día era de tristeza, de impotencia, de incertidumbre, de miedos", comenta.
Y agrega: "No podemos dejar de reconocer que hubo mucho vandalismo, pero con respecto a las violaciones a los Derechos Humanos, obviamente es algo que no se puede permitir. Hay que investigar bajo qué prisma actuaron nuestras fuerzas policiales, no pueden haber más muertes, más gente herida ni gente que pierda la vista. No puede haber más desigualdad y eso no tiene que ver con partidos políticos, tiene que ver con conciencia social y sentido común, de que toda la gente merece vivir dignamente".
Está de acuerdo con las demandas de quienes se manifiestan.
Totalmente. Yo vengo de familia de trabajo y a mí me ha costado tener lo que tengo, llegar a donde he llegado. Nadie me ha regalado nada. Pero sí hay mucha gente que no ha tenido la oportunidad, porque todo esto parte de la educación, creo yo.
¿Cual cree que es el rol que pueden jugar los artistas en estos procesos? Porque durante años parecía haberse instalado la idea que los baladistas y las estrellas pop chilenas no participaban o se guardaban su opinión, pero este mes han sido muy activos.
Hay que hacer saber tu opinión, eso en primer lugar. Estoy de acuerdo con los cantantes que han estado actuando en poblaciones, por ejemplo, y que se manifestaron cantando. También con la canción que se hizo, El derecho de vivir en paz (de Víctor Jara, versionada por varios artistas nacionales). Me hubiese encantado haber sido invitada, yo no supe. No me enteré hasta que lo vi. Yo pienso que un artista le canta a todo tipo de público, no le cantas a la derecha ni a la izquierda. Y cuando hay un problema como este que ocurrió en Chile, ahí también se pierde la diferencia política, pasa a ser algo de sentido común, de amor por el prójimo. Yo quiero que mis hijos y nietos vivan en un país de oportunidades y de derechos. Ahí todos tenemos que manifestarnos. Mis hijos han ido a marchar.
¿Y ha ido a alguna marcha?
Me habría encantado, pero lamentablemente no estaba acá. Pero creo que uno tiene que manifestarse, tiene que poder hacerlo.
Qué le ha parecido en ese sentido la posición que ha fijado Alberto Plaza, con quien durante años fueron los principales referentes de la balada hecha en Chile.
Alberto está hoy en una parada distinta, está metido en la cienciología, que de alguna manera lo lleva a hablar más, a querer ser un referente quizás no solo en lo artístico sino también en lo político, en su forma de pensar. Bueno, cada cual tiene la posibilidad de manifestarse, de expresarse, de decir o no decir.
En su caso, ¿rechaza involucrarse en política dura o partidista?
No me gusta meterme en política partidista. Si bien es cierto que participé hace varios años apoyando a Joaquín Lavín (en las presidenciales de 1999), era apoyar a una persona que le creo, no era un partido. Y no me arrepiento. Apoyé a Joaquín Lavín así como el día de mañana puede salir otra persona que es de izquierda y voy a apoyarla, como también me subí al escenario de Bachelet cuando salió presidenta y me pifiaron. Pero para mí estaba siendo consecuente con mi forma de ser, de ver la vida y tener conciencia social. Porque yo me debo al amor, a la música romántica, y eso no tiene diferencias, de ningún tipo.
Pensando en la cartelera de eventos que vienen en Chile, ¿cree que el Festival de Viña debiera ajustarse de alguna forma a la contingencia, repensar algunos aspectos?
Creo que sí. Lo lindo de Viña es que se haga, porque es una manera de decirle a Chile pasémoslo bien un rato, con música. Como una manera de ir volviendo a la normalidad sabiendo que no estamos en la normalidad, porque faltan muchas cosas, obviamente. Pero así como la Teletón se reagenda por razones obvias, la Gala (de Viña) es un momento frívolo, donde van a lucirse las joyas, los vestidos, los zapatos, lo que te costaron. Y eso es totalmente ajeno a lo que hoy en día sentimos y estamos viviendo. Yo creo que no debiera ir la Gala, creo que debiera ser un Festival más austero, y me da mucho gusto que haya una noche chilena y que sea de mujeres.
Su espectáculo, como el de este sábado, también denuncia desigualdades, como las que tienen que ver con los derechos de las mujeres.
Yo siempre trato de dar un mensaje de amor, de unión, porque desde chica he querido transmitir eso. Pero obviamente cuando pasan cosas, como el movimiento de la mujer, me obligaban a mí también a querer ponerme al día con esa deuda que sentía tener con el género, de dar un mensaje mucho más potente de empoderamiento y de rechazo a la violencia sicológica y física, algo que yo viví y lo digo en la obertura del concierto, lo planteo por primera vez en mi vida. Compuse una canción también para este tour que se llama Soy mujer. Y aunque están todos los clásicos y nuevos arreglos para otros como Te pareces tanto a él, en ritmo urbano, he sumado canciones del comienzo de mi carrera que son bastante feministas, como Toda la vida fue igual o Ni tonta sigo amándote.