Consecuencias de la orden "cuando toquen que quede la cagá": trauma acústico y molido por más de una semana. Era la exigencia textual del productor Tony Platt, viejo zorro británico con extraordinario currículo. Participó de las sesiones de Led Zeppelin IV, Back in black de AC/DC, y trabajó con Bob Marley, los Stones, The Who, Iron Maiden y Motörhead, entre decenas de clásicos.
Apaleado y todo, Nano Stern estaba feliz.
En el invierno pasado sesionó un puñado de canciones que a pesar de una génesis y montaje completamente distintos, se relacionan con el EP Santiago publicado en agosto.
Ambos trabajos no sólo muestran a un artista empeñado en superar prejuicios -una especie de optimismo de morral y chaleco de lana-, sino reflejar versatilidad. En Santiago, Stern se hizo cargo de todo recurriendo a variados instrumentos acústicos, mientras en este nuevo EP lidera con guitarra eléctrica y lo acompañan los colaboradores habituales, Patricio Rojas en bajo y Carlos Cortés en batería. Este viernes sale el primer single Demasiada información, con video. En mayo aparecerá el EP en plataformas. La versión física en junio.
"Tenía ganas de conectar con senderos que habían quedado sin explorar. Es una sonoridad con la que me crié. Mis primeras bandas eran power trío. Los grupos que escuché desde la formación musical en la guitarra tienen que ver con eso. Sentía una deuda".
Tu caso no es Bob Dylan descubriendo la electricidad en 1965. Tienes antecedentes rockeros. Tocaste en Matorral.
Es mi raíz personal, no la música de raíz, sino de dónde vengo yo musicalmente, de dónde tomé energía para hacer música acústica, una actitud y una manera que venía de lo enchufado.
Stern cuenta que Tony Platt tenía un objetivo. Deseaba cierta incertidumbre. Quería rock. "Nos dijo que desarrolláramos una situación constante de inestabilidad. 'Los otros músicos tienen que estar siempre escuchándote y no tienen que saber muy bien lo que va a pasar. Ojalá tú tampoco lo sepas'. Y fue así. El disco suena bien y a la vez crudo porque así lo tocamos. Tiene un elemento de libertad, de soltura".
El lenguaje rockero es más agresivo. ¿Cómo afectó a las letras?
Tiene otro tono, es un grito de alerta. El disco se llama Lucero, como la canción del medio. Tiene que ver con una situación puntual que me pasó con Gastón Soublette, de hecho el disco está dedicado a él. Él escribió un libro que se llama La Estrella de Chile y yo me lo encontré poco tiempo después de haberlo leído y le di las gracias por las reflexiones. Me dijo que el problema era que la estrella de nuestra bandera está invertida, apunta hacia abajo, lejos del espíritu y tenemos que darla vuelta. Fue un momento muy fuerte porque lo respeto muchísimo, siento que es el gran sabio que nos va quedando en Chile. La canción Lucero habla específicamente de eso, de la estrella invertida, del rojo y el azul, una paráfrasis de la bandera. El disco en general dice dónde estamos. Hay una canción que dice que vamos derecho al precipicio.
Se contrapone a tu lírica más optimista en faceta acústica.
Si, pero es completamente honesto. En ningún caso reniego de lo otro. Creo que esas energías conviven. Todo esto tiene que ver con estar más tiempo en Chile y sintetizar los últimos cuatro años y ver los derrumbes de muchas ilusiones, de una inocencia colectiva que se había amalgamado y que ahora se ve desparramada y herida.
¿Estamos hablando de política?
En parte si, pero va más allá de eso. La política es sintomática o consecuencia, pero es parte de un proceso que todos vivimos a nivel de sociedad al margen de la política.
¿Cómo va a convivir este material con tus composiciones acústicas?
Le voy a dar una vuelta más eléctrica a lo demás también. Quiero tomarme esa posibilidad de reinventar la sonoridad de varias canciones. De hecho ya tenemos varias fechas confirmadas, una gira por EE.UU. y México. Vamos a Argentina primero, algo que me gusta porque esto tiene que ver con un sonido mucho más spinetteano.
Lo tenía apuntado. El parecido a la etapa de Spinetta con Los Socios del desierto, pero con más coros.
Sí. Es más concreto en términos melódicos. Vamos a tocar en La Trastienda y La Plata, y después vamos a Concepción y luego en La Cúpula.
Volvamos al productor. ¿Cuál fue la principal enseñanza de trabajar con una figura con tal trayectoria?
La intensidad de la experiencia, de los volúmenes que fue completamente insólito, la intensidad de la interpretación. Me hizo recordar algo que le escuché a Jimmy Page en Nueva York presentando un libro. Aparecían unas tomas de él en el estudio, y le preguntaban cómo sentía el trabajo de estudio hoy respecto de esa época. Dijo que extrañaba el aspecto perfomático de la grabación, que antes era realmente un acontecimiento grabar, y que ahora parece un procedimiento aséptico.
Más laboratorio.
Si. Entonces Tony nos llevó de vuelta a ese lugar. Nada de pinchar y sacar de acá. A la mierda con eso.