Si en Berlinale se entrega un oso y en el Festival de cine de Cannes un león, en Viña del Mar se reconoce a los artistas con una gaviota.
La primera versión del festival, realizada en 1960, no entregaba este galardón sino 500 escudos (la moneda de la época) y una placa.
Tuvieron que pasar 9 años para la llegada de la famosa gaviota, la cual reemplazó a los trofeos que hasta entonces se entregaban a los ganadores de la competencia internacional: una lira y un arpa de oro.
El nuevo diseño -a cargo de Carlos Ansaldo y Claudio di Girólamo en 1968- conmemora los premios originales con una pequeña lira en la cola.
Si bien originalmente esta solo se concedía a quienes participaban de la competencia, y no los artistas invitados, el humorista Bigote Arrocet cambió esta decisión con un show que le permitió llevarse al ave de metal a su casa.
Desde entonces, no solo el clamor del público determinaba en gran parte los reconocimientos de cada artista, además incorporaron las antorchas de oro y plata.
Son tres tipos de gaviotas los existentes: la de plata, oro y de platino. La de plata es la más común, seguida por la de oro (que originalmente era para reconocer a Juan Gabriel, pero finalmente se entregó a Ricardo Arjona), y finalmente la de platino que solo se ha entregado dos veces (a Luis Miguel en 2012 e Isabel Pantoja en 2017).
El costo de fabricación de la gaviota es de aproximadamente $250.000 (500 dólares) y la denominación de "oro" y "plata" es mero nombre, ya que no son realmente de dichos materiales. Solo la de platino tiene un costo mayor ($500.000) por estar hecha de a base de cromo rodio -elemento del grupo del platino- con 85 incrustaciones de cristal Swarovski.