Primero fue el guitarrista Lee Ranaldo, quien en 2011 anunció que Sonic Youth se terminaba "por un tiempo". Un par de años después, el vocalista Thurston Moore definía el estatus de la banda como "un paréntesis", mientras que la bajista Kim Gordon fue más tajante y en sus memorias de 2015 habló derechamente de un "quiebre". Diversas interpretaciones para el receso indefinido del influyente cuarteto neoyorquino, la banda de rock alternativo por excelencia, cuyo sitio oficial sigue activa hace siete años, actualizando las actividades paralelas de sus miembros.

Allí, en la sección de cartelera, aparecen también las tres fechas que traen de vuelta a Chile a Steve Shelley, el baterista histórico del conjunto, quien entre hoy y el domingo se estará presentando en Santiago, Concepción y Valparaíso. Un regreso con un sabor especial, a casi una década de su memorable primera visita al país junto a Sonic Youth, la que comenzó precisamente con su show junto a Ranaldo y otros músicos amigos en la ex cárcel de la ciudad puerto.

"Esa noche en Valparaíso fue maravillosa, igual que el primer concierto en Santiago con Sonic Youth, del que guardo los mejores recuerdos", cuenta Shelley, quien esta vez llega junto a Riviera Gaz, el trío que formó junto a los músicos brasileños -y ex Forgotten Boys- Paulo Kishimoto y Gustavo Riviera, con quienes a comienzos de este mes lanzó su primer disco, Connection.

"Es una banda que nació a partir de la amistad, lo que facilita todo. Se produce una energía única. Es algo que disfrutamos y de los que nos sentimos afortunados de poder hacer, porque a fin de cuentas somos eso, un grupo de amigos haciendo música", explica con su amabilidad característica el inquieto músico de 56 años, cuyo estilo interpretativo, poderoso y dinámico pero siempre al servicio de la canción, hizo escuela en el rock alternativo estadounidense a partir de los años 80.

Reconocido por su labor al servicio de la industria discográfica independiente, al mando de los sellos Vampire Blues y Smells Like Records, Shelley es además un incansable explorador de nuevos destinos y aliados musicales. De hecho, además de seguir en la batería para los proyectos de Moore y Ranaldo, suma shows ocasionales junto a bandas como Sun Kil Moon y Mercury Rev. "Llevo mucho tiempo tocando y conociendo nuevos lugares, y la verdad no se me ocurre algo mejor que hacer", dice el músico, quien además trabaja junto a Ranaldo en la organización del archivo de Sonic Youth.

En ese sentido, si bien han pasado siete años del final, motivado por el quiebre matrimonial entre Gordon y Moore, su banda madre sigue ocupando un espacio importante en su día a día. "Es algo que extraño mucho, una parte de mi vida que siempre será especial. Me siento afortunado de lo conseguido, trabajamos duro para hacerlo y lo echo de menos, pero las cosas cambian y la vida sigue adelante", confiesa.