Hace unos días, el domingo 19 de mayo, el reality Resistiré de Mega, que lleva poco más de dos meses al aire, desplegó en pantalla algunos de los ingredientes más característicos del género: la polémica y los enfrentamientos. Dos de sus participantes (Dino Inostroza y la española Aída Nizar) discutieron y el primero finalizó el cara a cara dándole un cabezazo en la boca a su compañera, lo que provocó su expulsión.
El episodio se convirtió en uno de los más vistos del espacio que conduce Diana Bolocco junto al mexicano Facundo Gómez, alcanzando los 15,2 puntos de rating.
Pero más allá de la sintonía de ese día y del polémico capítulo, Resistiré hoy exhibe otro escenario más global: es el reality que acumula los números de audiencia más bajos en los últimos seis años en la señal de Vicuña Mackenna. Desde su debut, el 17 de marzo, hasta esta semana, su promedio es de 13,7 puntos. Lejos de los 18,5 que registró desde 2014 Amor a prueba; de los 21,5 de ¿Volverías con tu ex? (2016), y de los 17,6 de Doble tentación (2017).
Eso sí, la marca menos favorable la ostenta Trepadores, que en 2013 reportó un promedio de 7,3 unidades.
El sostenido declive en los números -que se suma a tropezones como el de Generaciones cruzadas, de 2014 en Canal 13- abre una interrogante: el formato más reconocido de los reality shows, aquel con encierro, competencias de fuerza física, romances y polémicas grupales, ¿está ya desgastado en la TV chilena? Luego del hito de Protagonistas de la Fama en 2003, ¿sigue siendo una apuesta que garantice interés? Resistiré no sólo presenta menor sintonía que sus antecesores, sino que también un impacto algo más mermado de sus personajes.
Una realidad dispar que para Nicolás Quesille no se explica en la falta de vigencia del género. "El género de los realities está absolutamente vigente. Llegó para quedarse, lleva más de 10 años. Así como han habido en otros géneros programas exitosos y no exitosos, acá puede pasar lo mismo", asegura el pionero tras Protagonistas... que luego lideró varios ciclos de Pelotón en TVN.
Ignacio Corvalán es el hombre fuerte de los reality shows de Mega, y comenta: "La sintonía de Resistiré, después de las 23.30 y hasta cerca de las 01.00, cinco días a la semana, es muy buena. Lo más importante para nosotros al analizar los resultados es que el género reality sigue vivo, igual que la ficción y la entretención. A los realities los están tratando de enterrar desde Protagonistas, pero tienen larga vida".
Otro erudito del tema es Sergio Nakasone, por años en Canal 13 a la cabeza de exitosos programas como Año cero, Mundos opuestos y 1810. El creativo, hoy parte de Turner, no cree que la telerrealidad esté en retirada. "Lo que está obsoleto es el sistema de medición de rating. El público que sigue este tipo de programas lo ve por otras plataformas y no solo por la TV".
Con todo, la última incursión de Nakasone en el género, Generaciones cruzadas, no obtuvo el rating esperado y promedió 11 puntos; uno de los reality menos vistos de Canal 13.
Como reacción, el equipo de Resistiré hizo ingresar a nuevos personajes al espacio, incluidas exparejas de participantes. De esa manera se han generado nuevos conflictos.
Es en este punto donde Quesille detecta una debilidad. "Lo que está pasando con este reality es la ambigüedad respecto de la manera de presentarlo. Por un lado, presentan un programa de resistencia. Y porque no les funcionó, tratan de meter otros condimentos. Termina siendo un híbrido que no se comprende".
El programa de Mega ya terminó sus grabaciones, pero estará hasta julio al aire.