En 2010, Ricardo Fernández decidió emigrar a Chilevisión y dejar así atrás nueve años de trabajo en la que fue su primera casa televisiva, TVN. Después de cinco años, la señal de Turner cerró su área dramática y así comenzó el distanciamiento del actor y la pantalla chica. Treinta y seis meses después, Fernández regresa a la televisión y también al canal que lo vio nacer. "Para ser sincero, sí, estaba buscando volver a TVN, por razones muy personales y sentimentales. Lo había intentado antes, pero el canal estaba pasando por un momento muy jodido. Claro que, en honor a la verdad, este es un regreso temporal, solo por este proyecto", explica. Y ese proyecto es Amar a morir, la teleserie vespertina que está grabando la señal estatal, entre Santiago y el Cajón del Maipo, y en la que él es parte del triángulo amoroso central que también integran Antonia Zegers y Felipe Braun.

¿Por qué estuvo todo este tiempo alejado de la TV?

Después de que me echaron de CHV, tuve la oportunidad de replantearme todo. Desde que partí en televisión, siempre tuve trabajo de manera continua. Primero acá y luego en CHV. No evaluaba mucho qué hacer, porque tenía contratos largos. Pero cuando nos sacaron a todos, paré. Luego, las ofertas que tuve fueron tan distintas a lo que esperaba, que decidí hacer una pausa. Hubo cosas que rechacé y otras que perdí.

Usted fue parte de teleseries muy exitosas, como Romané y Los Pincheira. ¿Cree que Amar a morir puede revivir algo de aquella época dorada de TVN?

Sacarla de la ciudad e ir al Cajón del Maipo la hace distinta. Además, reivindica la clásica historia de amor imposible. Creo que, en el fondo, todos quisiéramos que la televisión y las teleseries vuelvan a ser como eran antes, pero el escenario es muy distinto. Por eso, no sé si las teleseries de antes funcionarían ahora, porque tienen que ver con un momento. No sé si se sustentarían en la actualidad. La televisión se ha visto obligada a cambiar.

¿Cómo vivió la crisis de la industria televisiva desde fuera?

La crisis me tocó verla y padecerla. Una vez fuera de la televisión no fue fácil. Más que reincorporarme, no fue fácil aceptar las nuevas condiciones, y por eso dejé pasar muchos trabajos. Sentía que no podía aceptar esas condiciones. Cambió mucho el escenario y creo que con mis colegas asistimos a un momento muy complejo, de grandes transformaciones y los canales no fueron capaces de estar en sintonía con eso, y por eso vimos un desfiladero de fracasos.

Regresa con un look distinto, más canoso, más adulto. ¿Teme dejar de ser visto como el galán?

Las canas siempre las he tenido, pero en varias producciones me las teñían. Cuando estuve en CHV, luché para que no me las tiñeran, pero para mí es súper cómodo tener este pelo. Creo que uno debe envejecer orgánica y razonablemente. Uno no puede evitar tener la edad que tiene y como actor uno debe tener la responsabilidad de mantenerse bien, lúcido, y de cuidarse. A la televisión le gusta la belleza, pero eso va más allá de la edad. Creo que es mucho más deseable ver a alguien que ha envejecido bien, a alguien que se escapa de la vejez. Sé que es tremenda la vejez y todos tratamos de evitarla, pero hay maneras y maneras.