Es 1992 y Luis Miguel (Diego Boneta) se encuentra a segundos de salir al escenario en Paraguay, cuando le informan una noticia que a la mayoría le paralizaría el tiempo: su padre está internado en un hospital en España, en estado grave. Probablemente muriendo. Pero el astro mexicano lejos de reaccionar con preocupación, lo hace con frialdad y con un dejo de molestia, como si lo hubieran interrumpido con una banalidad. El artista toma el escenario de todas formas, y aunque su expresión por segundos da a entender que alguna tecla sensible tocó en él la información, continúa cantando, como si fuera cualquier otra noche.
Esos primeros segundos de la esperada Luis Miguel, la serie, establecen al antagonista -por lo menos durante los primeros episodios- del protagonista que es el cantante en su primera apuesta biográfica en la pantalla chica. La relación de Luis Miguel con su padre, Luis Rey (Óscar Jaenada) es un foco central de la serie que Netflix estrenará el domingo 22 a las 23 horas, luego que el primer episodio sea emitido por Telemundo en Estados Unidos y Puerto Rico ese mismo día.
Tras esa introducción al conflicto, la trama salta entre 1981 y 1987 mostrando dos momentos distintos en la vida del artista: de niño, cuando su padre, atravesando por un mal momento económico y con una carrera que nunca despegó, descubre el talento de su hijo y decide transformarlo en una estrella a toda costa; y a los 17 años, cuando ad portas de la mayoría de edad se encuentra consolidando su carrera y prepara el salto de ídolo juvenil a astro mundial, de la mano de Cuando calienta el sol, y de paso con el poder legal de por fin elegir la dirección de su carrera.
La serie, autorizada por el mismo ídolo mexicano (hay que estar atento a los extras en una de las primeras escenas del capítulo), muestra a un Luis Miguel aún sencillo, enamorado profundamente de su primer romance de adolescencia, la fotógrafa Mariana Yazbek (Paulina Dávila) y reacio a la vida de rockstar que su padre parece esperar de él.
En todo momento, Luis Rey es presentado como una figura casi siniestra; implacable y manipulador, y una influencia que si bien fue clave en el lanzamiento de la carrera de su hijo, no dejó el mejor de los legados y recuerdos. Durante su adolescencia, el padre de Luis Miguel maneja y explota cada aspecto de su carrera, desde dónde y cuándo canta, hasta con quién se junta y con quién puede aparecer en público, con poco interés en lo que su hijo tenga que decir. Una dinámica que si bien tiene en un comienzo al cantante idolatrando a su padre, generará roces cuando se dé cuenta la forma en la que ha influido en su vida personal, muchas veces orquestando planes a sus espaldas.
Mientras su amorío con Yazbek y su relación profesional con su padre son los aspectos más importantes de la serie en su primer episodio, también se desliza una de las historias más tristes en la juventud del Sol de México: la desaparición de su madre, Marcela (Anna Favella), la que no tiene explicación hasta el día de hoy. A diferencia de su padre, la figura materna de Luis Miguel representa la contención emocional en su infancia, hasta que ambos se distanciaron tras el término del matrimonio de sus progenitores.
Las diferencias evidentes entre los rostros y expresiones de Boneta con el cantante son disfrazados con una peluca y una dentadura postiza, que logran que por lo menos de perfil, el actor mexicano logre capturar el semblante físico del artista. El mismo Boneta canta además las canciones del hombre de La incondicional en la serie. El primer ciclo cuenta con 13 episodios, que se estrenarán cada domingo.