La premisa del equipo que hace Pasapalabra es que cada capítulo del programa quede perfecto y que no exista margen para dudas ni cuestionamientos de parte de los televidentes. Todo debe estar en regla, y por eso cada grabación dura, por lo bajo, tres horas. Las mismas que se hacen muy extensas.
Tres días a la semana, los liderados por el productor ejecutivo Carlos Valencia, graban el espacio que partió en enero como una apuesta veraniega, y que actualmente es emitido domingo, martes y jueves, por ser uno de los competidores prime más fuertes de Chilevisión. Por el momento, está pensado que el programa de concursos siga al aire por lo menos todo 2018.
"Por naturaleza soy muy inseguro. A Carlos le decía 'no iremos a aburrir con tres días a la semana'. Y no, solo nos fue mejor. Obvio que en un momento las cosas tienen fecha de vencimiento, porque nada es para siempre. Pero la gente se conecta con nosotros, casi como si fuéramos una teleserie, porque hay un nudo dramático en cada capítulo. Lo que pasó con Ledy (participante que perdió el jueves tras ganar 12 episodios), es un claro ejemplo", dice su animador, Julián Elfenbein.
No cabe duda que el conductor se siente cómodo haciendo Pasapalabra, el programa que lo trajo de vuelta a la televisión tras dos años ausente. Aunque no lo reconoce, es su revancha tras su polémica salida de TVN y varias temporadas casi desaparecido del ojo público.
En medio de las grabaciones, Elfenbein interactúa con el público, conversa con los participantes, para que se relajen, y hasta canta baladas románticas. Pero también les pide a los concursantes que sus respuestas sean fuertes y claras, y que modulen lo mejor posible. Todo, mientras el animador revisa las palabras, significados, respuestas y apuntes que tiene anotados en unas hojas. Raya una y otra vez encima de ellas, con distintos colores, pero es su modo para no confundirse y no perder el hilo.
Son largas jornadas de concentración máxima para Elfenbein, que es sordo de su oído izquierdo, por una operación cerebral a la que fue sometido hace años. Reconoce que eso lo obliga a estar mucho más atento. "Es súper cansador y desafiante. Debo estar muy pendiente, me aprendo varias palabras y sus significados, pero igual Carlos Valencia está muy pendiente y me ayuda. Es un programa muy intenso, y todo debe ser muy transparente para ambos concursantes", explica.
El otro desafío está en no poder fumar mientras graba, pero apenas se genera un espacio, lo hace.
Hasta ahora, el espacio acumula 14,1 puntos de rating, y los dos jueves que lleva enfrentándose a Vértigo (Canal 13), ha resultado victorioso. Esta semana, el estelar de Diana Bolocco y Martín Cárcamo promedió 12,4 puntos, mientras que el de Elfenbein se quedó con 14,7 tantos.
Y no solo dichos números de sintonía reflejan el buen momento del espacio de CHV, ya que según comenta Valencia "son los propios famosos los que nos llaman para venir a participar. La gente se dio cuenta de que es un programa muy familiar y entretenido, y que cualquiera puede jugar". Sin embargo, mientras más competitivo se puso Pasapalabra, más complicada se volvió la misión de contar con la participación de rostros de otros canales. Por eso, algunos de los invitados ya se están repitiendo.
En cada capítulo, hay 90 personas en el público, en su mayoría jóvenes, lo que dificulta evitar las filtraciones a través de las redes sociales. Esta semana, por ejemplo, se habló de la inminente eliminación de Ledy, la que además se convirtió en varios memes a la vez. Elfenbein sabe que esto está pasando, y no puede evitar declarar que no le agrada. "Me molesta lo de las filtraciones, pero al mismo tiempo me pone orgulloso. Esto es lo mismo que pasa con Kramer, porque si él te imita es porque existes. Pasa lo mismo con las series y los spoiler, así que eso refleja que nos está yendo bien", reflexiona.
El gran resguardo que toma el animador en cada capítulo, es mantenerse imparcial. Dice que aunque le gusta empatizar con las historias de vida de los concursantes, tiene claro que no se puede involucrar mucho más allá, para no ser acusado de favoritismos. Y aunque ha tomado todos los resguardos, afirma, para evitar eso, de todas maneras ha leído comentarios alusivos a supuestas preferencias. "Son tonteras, yo me río nada más de esas cosas", dice.
Todo este éxito, el animador lo resume así: "CHV es cábala para mí, y yo también lo soy para CHV. Este canal me gusta, me trae buena vibra, me va bien". Ahí, recuerda también lo hecho en Allá tú, Fiebre de baile, Talento chileno. Todas producciones de la señal del Grupo Turner, entre 2007 y 2010.
Cada vez que lo piensa, se da cuenta de que fue una gran decisión haber rechazado las otras ofertas que le hicieron para volver a la televisión, luego de su abrupta salida de TVN. Ahora, con distancia, cree que ese tiempo "me sirvió para limpiarme, desintoxicarme. Tenía dudas de si volvía o no, porque no quería volver por volver. Incluso, tenía planes de poner un bar, pero Pasapalabra y la llamada de Carlos me convencieron. Para mí, ha valido la pena volver, porque el programa me gusta a mí, y también lo ven mis hijos".
Al regresar a la pantalla chica, las llamadas de otros canales no pararon, según explica. Y una nueva propuesta llegó en marzo, la que terminó rechazando. "Trato de ser un caballero, y por eso jamás dejaría botado un programa, le vaya bien o le vaya mal. No soy de abandonar los barcos. Firmé un contrato largo con CHV, y hoy estoy concentrado solo en hacer Pasapalabra".
El programa irrumpió en medio del éxito de Perdona nuestros pecados, la producción nocturna de Mega que lleva más de un año liderando en horario prime. Ese es para Elfenbein el gran mérito del espacio porque "no podemos vivir de puras teleseries. El canal se atrevió cuando nadie quería arriesgarse en medio del éxito de la teleserie. Hace rato que a un estelar no le iba bien, y esta es una industria que está demasiado complicada. Es bueno que nos vaya bien, porque así aseguramos el chancho y la pega para todo este equipo, que es un equipo grande. Pero creo que hay que tomar las cosas con cautela. No sé si es porque estoy más viejo o más maduro".