El Teatro Teletón, emplazado en Santiago Centro, una de las comunas en cuarentena obligatoria, lucía totalmente diferente a todas las versiones anteriores del evento. Casi irreconocible entre la soledad y el silencio. Una única entrada por calle San Martín permitía el ingreso de las pocas personas que podían acceder al recinto. “Como no tenemos público, es en realidad como un programa de TV”, dice Ximena Casarejos, Directora Ejecutiva de Fundación Teletón.

Previo a la primera jornada, Casarejos llegó al teatro a eso del mediodía, instalándose en las oficinas de la fundación. “Fue bien impactante estar aquí sin escuchar el ruido de la orquesta de fondo”, fue una de sus primeras impresiones. “Desde ahí escuchaba el canto de la cuenta, las pruebas de sonido, y ahora no hay nada de eso”, añade.

Más extraño aún fue someterse a todas las medidas sanitarias instaladas en el recinto. Las mismas a las que debieron someterse desde técnicos a animadores.

“Aparte de las medidas estándar se reforzaron los protocolos de aseo”, comenta Bruno Camaggi, director médico nacional de Teletón. Así, cuenta el profesional, adicionalmente a las exigencias de la autoridad sanitaria, se añadieron otras. Una de ellas fue contratar a una empresa de sanitización que, según detalla, “se viene haciendo hace más de una semana, y acercándonos a la fecha de la Teletón se ha duplicado”.

“Y lo otro que se implementó es la aplicación de test rápido, que son una ayuda”, explica Camaggi. “Lógicamente no reemplazan al test de PCR que es el test de confirmación, pero permiten hacer una primera división y poder conocer a lo mejor a personas que no tienen síntomas y sean portadoras de la enfermedad. Siempre en caso de test dudoso se debe confirmar con test PCR”, acota el médico.

El protocolo también incluía la toma de temperatura, la aplicación de un cuestionario y la entrega de elementos de protección personal, como mascarillas y guantes. “Las personas que trabajan en el teatro tienen designadas rutinas en que cada dos horas tienen que ir a este punto de sanitizacion, donde deben hacer higienización y se cambia la mascarilla”.

Para poder llevar a cabo todas estos cuidados, se pidió a los famosos que llegaran al teatro a las 18.00 horas, ya que cada control tarda cerca de 40 minutos. Al arribar, cada uno fue recibido con un chequeo de temperatura, para luego acudir a unos box de campaña donde se realizaba el test rápido. Tras eso, debían aislarse en una sala hasta conocer el resultado. Una vez descartada cualquier posibilidad de contagio, se podía hacer ingreso al recinto, donde la regla es evitar cualquier contacto. En la noche sólo se permitieron dos animadores en el teatro (Julián Elfenbein y José Miguel Viñuela). A ellos se sumaron otros rostros de la llamada “mesa digital”.

Elfenbein y Viñuela en el contacto con Sebastián Piñera.