Si bien su obra incluye algunos de los pasajes más brillantes de la historia del synthpop, en la discografía de Erasure también ha habido espacio para una que otra salida de libreto. En 2005, por ejemplo, el dúo que integran Vince Clarke y Andy Bell sorprendió con un álbum de reversiones de sus propios temas en clave acústica y sensibilidad country (Union street). Ocho años después hicieron lo propio con Snow globe, un experimento de villancicos y pop sintético. Pero ni los propios músicos vieron venir lo ocurrido el mes pasado, cuando su último disco, World beyond, debutó en el primer lugar del listado de música clásica de Billboard.

"Para serte honesto nunca lo imaginamos, así que fue bastante gracioso vernos en ese ránking", cuenta Clarke, el arquitecto musical del dúo y ex integrante de Depeche Mode y Yazoo, consultado por el LP que lanzaron en marzo con versiones sinfónicas de los temas de World be gone (2017), el álbum en el que repasan al Brexit y a Donald Trump y que motiva la gira mundial que pasará el 3 de mayo por el Movistar Arena.

¿Diría que este último es el disco más singular de su discografía?

No lo sé (ríe). Nos gusta mucho tener la posibilidad de probar en distintos estilos. Creo que lo mejor que hacemos es la composición, por lo que a fin de cuentas si la canción no es buena no importa la producción que uses. Para nosotros la canción siempre está primero, la melodía, la letra. Si sentimos que el tema funciona, lo grabamos y tratamos que resulte lo mejor posible.

En World be gone ya habían sorprendido con canciones de corte más político, de coyuntura. ¿Cree que tuvo buena recepción?

Creo que a la gente le ha gustado. Nunca hemos sido abiertamente políticos en nuestro discurso, pero esta vez pensamos: "Hay tanta mierda ocurriendo en el mundo que realmente queremos hablar de eso". Ya no somos niños, y años atrás por lo general hubiésemos evitado hablar de ideas muy políticas en el pop, pero después de años negándonos a esa posibilidad sentimos que era una buena idea meter algunas reflexiones y opiniones.

Pero de alguna forma la propuesta de Erasure siempre tuvo una carga política, pensando, por ejemplo, en su impacto en la comunidad LGBT.

Sí, efectivamente. Con temas como A little respect, por ejemplo, mucha gente nos ha dicho a lo largo de estos años que en su momento se sintieron un poco mejor o más acompañados al escucharla. No fue algo que pensamos cuando la compusimos, pero así terminó siendo.

Si en World be gone las letras ya eran poderosas, en World beyond lo son aún más. ¿Esa era la idea?

Así lo creo también. Los arreglos de cuerdas y la instrumentación en general hicieron que la voz de Andy tuviera mucho más espacio, y por eso se escuchan más nítidas las letras y su significado. Es una vibra totalmente diferente y sé que Andy disfrutó cantar acompañado de violines, chelos y el piano. Además, para los de Echo Collective [los músicos que grabaron el LP], que no tienen interés alguno en la música pop, resultó un desafío muy interesante traducir el lenguaje de los sintetizadores al de instrumentos más tradicionales.

¿Tienen buenos recuerdos de sus dos shows anteriores en Santiago?

El público chileno siempre ha sido muy receptivo y cálido. Para nosotros es muy estimulante tener un público joven, y en Chile, como también en Brasil y Argentina, vemos a mucha gente en los shows cantando canciones que hicimos cuando ellos ni habían nacido.