Todo lo que Jorge Said no pudo concretar durante la primera temporada de Las últimas tribus, buscó hacerlo en el segundo ciclo del programa cultural de Canal 13 y que vuelve este sábado 4, después de Lugares que hablan.
Nuevamente, el periodista viajó, alrededor de diez meses, a lugares como Etiopía, Filipinas, Papúa Nueva Guinea, Nigeria, Kenia e India, en solitario con sus cámaras y en búsqueda de las tribus con menor contacto con el mundo global y cuya sobrevivencia está en riesgo.
"Esta vez fui a las tribus a las que no pude entrar la vez pasada, las que eran difíciles para mí cuando partí. Ahora tengo más experiencia, aunque no hay información en ningún lado de estas tribus.
En definitiva, no es un programa fácil de hacer", explica Said. Serán once capítulos, y en cada uno de ellos, el periodista logra involucrarse totalmente con las comunidades que visita, mostrando cómo ellas viven, sin hacer uso de ningún tipo de ayuda turística. Convive con las tribus, en sus hogares, comiendo sus comidas, conociendo sus estructuras sociales y sus rituales.
Para lograrlo, Said aprendió que una buena forma de ser bien recibido es con tabaco, sal y alcohol. "Pero no es cualquier alcohol. No es un destilado como los que conocemos nosotros. Consumen alcohol de hierbas, de arroz o piña", aclara, y agrega: "llevar un machete, algún tipo de cuchillo, también ayuda".
Nuevamente, los mosquitos, las serpientes, las hienas y los leones fueron los enemigos, pero nada se compara al peligro que vivió al enfrentarse a caníbales. Eso, sumado a casi perder un pie por congelamiento en el Polo Norte.
"Se vive mucho estrés, pero lo que uno ve allá no es ni comparable. Hay tribus que venden a sus mujeres a cambio de camellos o bueyes. También vimos que en varias tribus muy violentas, a la mujer la mutilan, le extirpan el clítoris, y muchas de ellas mueren", comenta Said. También le tocó ver a muchas mujeres que se rebelan y luchan por su sobrevivencia. "Hay muchas mujeres solas en medio de la jungla que atacan a los hombres que las vienen a buscar. Pudimos hablar con ellas", afirma.
Para poder hacer Las últimas... , Said reconoce que es mucho el dinero que se invierte, el que tiene que ver con los traslados en lanchas y avionetas. En comida y alojamiento, en cambio, se paga poco. Para alimentarse lo mejor, según Said, fueron los frutos secos, latas de atún, piña, plátano y mango. "Hubo muchos días en que no comía nada", dice.