La trastienda del regreso de Hortensia Bussi de Allende a Chile en la víspera del plebiscito
Tres mil personas la esperaron en el aeropuerto y otras en el trayecto a la ciudad. Al regreso de su exilio, 12 días antes del 5 de octubre, apoyó la campaña del No.
*Este artículo es parte del especial conjunto por los 30 años del plebiscito de 1988 entre La Tercera y la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Una de las tareas importantes que cumplió José Miguel Insulza en la campaña opositora en 1988 fue apoyar el regreso al país de la viuda del presidente Salvador Allende, Hortensia Bussi, que estaba en el exilio en México desde el entierro clandestino de su marido el 12 de septiembre de 1973 por parte de las fuerzas armadas, en una tumba que no llevó su nombre en el cementerio de Santa Inés, en Viña del Mar.
Ella retornó a Chile el sábado 24 de septiembre de 1988, 12 días antes del plebiscito. Para la oposición era clave que Bussi se sumara con claridad al voto No y diera así una señal que contribuyera a garantizar la participación de la izquierda y en especial de los allendistas en el plebiscito. Tres mil personas la esperaron en el aeropuerto de Santiago y otras estaban más en el camino a la ciudad, con pancartas del No y banderas de los partidos de izquierda. Gritaban: "¡Se siente, se siente, Allende está presente!". Un letrero decía: "Bienvenida, primera dama".
Entre los dirigentes que la recibieron en el aeropuerto estaban Carlos Briones, ex ministro del Interior de Allende, Alejandro Hales, que fue ministro de Ibáñez, Frei Montalva y después lo sería de Aylwin, y Ricardo Lagos.
"Saludo con emoción al pueblo chileno. A él debo mi regreso a la patria", dijo Bussi al volver a pisar su país, acompañada por su hija Carmen Paz.
Al autor de este texto, que cubría la noticia para el diario El País, de España, y viajó en el vuelo que venía desde Ezeiza (Buenos Aires), Bussi le dijo: "El exilio es catastrófico". "Yo tenía marido y tres hijas. Perdí a mi marido, mi hija y una cuñada. Perdí a muchos colaboradores del gobierno y muchos amigos". En la víspera el entonces presidente argentino, Raúl Alfonsín, la había recibido en su residencia de Olivos.
"¡Viva Chile!"
Cuando el vuelo llegó a la cordillera de Los Andes y el piloto anunció que el avión ingresaba a territorio chileno, cantó el Himno Nacional acompañada por periodistas. Bussi gritó ¡Viva Chile!" en la estrofa final y brindó con champán, siendo aplaudida por los pasajeros.
A este corresponsal le dijo en el vuelo que el acuerdo del No era "de enorme trascendencia", pidió deponer "sectarismos, ambiciones, intereses personales" para recuperar la democracia y llamó a la reconciliación.
El periodista Jorge Andrés Richards, que vivió seis años en México y fue amigo de Hortensia Bussi, también venía en ese vuelo.
"Ella era la voz de Allende que llamaba a inscribirse y a votar, a participar democráticamente", recuerda. Cuando el piloto anunció el ingreso a Chile "fue la primera vez que vi francamente emocionada a la señora Tencha. Después que espontáneamente cantamos el Himno Nacional se quedó largamente en silencio", cuenta.
–Cuando llegó la señora Hortensia yo le dije a ella que había escrito el discurso –explica Insulza–, que le preparaba su declaración y le advertí que había un párrafo sobre Beatriz [hija de Allende y Bussi, que se suicidó en el exilio en Cuba, en 1977, a los 34 años], que si no quería leerlo, no lo hiciera. En el fondo se atrevió a leerlo, pero no fue capaz de dejar de llorar, porque fue algo muy terrible para ella.
En dos oportunidades se quebró la voz de la viuda de Allende.
En esa declaración, Bussi planteó su adhesión al No: "Mi mayor deseo es reintegrarme a mi país, ese país por el cual Salvador Allende dio su vida. Me vengo a sumar a ese Chile que hoy se pone de nuevo de pie".
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