Pudieron ser muchos más los muertos si la gente no hubiese obedecido a sus instintos en vez de esperar a los nervios de zombie del Shoa, al silencio oscuro de la Armada, a la agitación de gallina sin cabeza de la Onemi y al colapso de un Estado que en tres minutos ya no sabía quién era.
Ascanio Cavallo, para Reportajes de La Tercera
9 feb 2013 02:24 AM