Al pontífice del trash y uno de los directores de cine de culto más clásicos y demenciales de Estados Unidos, le propusieron cruzar su país a dedo. Hizo tres versiones: imaginar lo mejor, luego lo peor y al final contar lo que realmente sucedió. Un genio lanzado a la aventura.
Revista Paula.
28 jul 2015 04:20 PM