A los 52 está viviendo una etapa luminosa en lo personal (aunque odie hablar de etapas) y cosechando los resultados de una sólida carrera de 30 años que lo tienen como el único actor de su generación trabajando con un pie fuera de Chile. En estas páginas Luis Gnecco dice que el amor le está cambiando la vida, da por perdida a la TV chilena, cuenta que, aunque es rostro, no tiene ni un peso, que jamás dejará de ir al siquiatra y que desconfía de quienes lo tratan de Luis o "pelao". Un hombre complejo.
Revista Paula.
4 nov 2014 12:41 PM