De manera diaria, diversas personalidades de la cultura y los espectáculos recomendarán series, películas, libros o discos para poder resistir el nuevo confinamiento que enfrenta toda la Región Metropolitana y parte del país.
19 abr 2021 11:05 AM
De manera diaria, diversas personalidades de la cultura y los espectáculos recomendarán series, películas, libros o discos para poder resistir el nuevo confinamiento que enfrenta toda la Región Metropolitana y parte del país.
Expresar el frío, hacer que el lector lo conciba, requiere de un ambiente lingüístico que le otorgue verosimilitud o que lo evoque. En las obras de Shakespeare está incorporado misteriosamente. T.S. Eliot y W.H. Auden tienen pasajes donde el frío es un aura.
La escritura de la autora húngara es única: precisa hasta lo radical. Al leerla da la sensación que deja caer las palabras, lejos de cualquier realismo y fantasía suave. Convierte lo minúsculo en tragedia.
La narrativa argentina en los últimos años ha sabido dar muchos ejemplos de estar gozando de buena salud: Samanta Schweblin (finalista del Man Booker Prize en 2017), Mariana Enríquez (traducida en un año a casi diez idiomas), Federico Falco y Luciano Lamberti (dos cordobeses, que deben ser los mejores cuentistas de su generación), Carlos Busqued (que este año impactó en España y Argentina con su novela de no ficción Magnetizado), Selva Almada (un fenómeno en sí mismo con El viento que arrasa), Pablo Katchadjian (y sus procedimientos literarios con El Aleph engordado y sus relatos de El caballo y el gaucho), Gabriela Cabezón Cámara (que el año pasado casi refundó la literatura argentina con Las aventuras de la China Iron, una especie de lado B queer del Martín Fierro). Buena parte de ellos han sido publicados en Chile por editoriales independientes: Falco, Almada y Enríquez en Montacerdos, Katchadjian en Narrativa Punto Aparte y Cabezón Cámara en Alquimia.