Varios de los socios en los que confía Pedro Sánchez no piensan ir a Zarzuela a comunicar al jefe de Estado cuál será su voto.
16 ago 2023 03:58 PM
Varios de los socios en los que confía Pedro Sánchez no piensan ir a Zarzuela a comunicar al jefe de Estado cuál será su voto.
Por décadas, la política del país ibérico se caracterizó por el dominio de dos fuerzas de centroizquierda y centroderecha encarnadas respectivamente en el PSOE y el PP. La irrupción de colectividades por los bordes, como lo fueron Podemos, Sumar, Ciudadanos y Vox, llegaron a patear el tablero junto a los independentistas. Pero tras las elecciones generales del 23 de julio, indicios de un eventual regreso al centrismo reaparecieron en España.
Desde pensiones y cambio climático hasta el ajuste del déficit público y el problema de la vivienda, el jefe de Gobierno que salga de estas elecciones deberá hacer frente a una serie de retos, sean parte o no de su programa político.
Pese a haber ganado en el recuento de votos, el Partido Popular y Alberto Núñez Feijóo no se hicieron con La Moncloa. El sistema parlamentario que rige a España exige la obtención de mayorías en escaños, puntualmente 176, para formar un gobierno.
La marea azul que analistas y encuestas previeron no ocurrió. Sin una mayoría absoluta en ninguno de los bloques que disputan llegar a La Moncloa, las negociaciones y pactos comienzan a ocupar un rol central para decidir la presidencia española. Mientras PP y Vox tienen poco margen de negociación con otros grupos, ya se habla de una posible “alianza Frankenstein” en la izquierda para retener el gobierno, donde Carles Puigdemont sería clave.
Según dos importantes encuestas locales, la derecha estaría ad portas de volver a La Moncloa. Si bien el Partido Popular buscaba llegar al poder sin un gobierno de coalición, necesitaría el apoyo de la extrema derecha.
Considerado como un hito en la campaña presidencial, al ser la única oportunidad en que los dos principales candidatos para las generales del 23-J se vean las caras debatiendo, a ratos la discusión se atascó por las continuas interrupciones, donde Feijóo se mostró mucho más dispuesto a atacar y un Sánchez que le costó imponer sus términos en el ritmo hasta bien avanzado el debate.
La noche de este lunes tiene lugar el único debate de campaña entre el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y el líder del opositor Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
Una derecha más unificada y una izquierda notablemente fragmentada dieron vuelta el tablero electoral, al menos en comparación a lo que ocurrió en 2019. El PP, y en menor medida Vox, celebraron el resultado del domingo en España. El oficialismo, en cambio, vio cómo disminuye su poder local a menos de dos meses de las próximas y adelantadas elecciones generales.
Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida no son nombres ajenos a la política española. Han estado en la primera línea del PP durante los últimos años, y hoy amanecieron como algunos de los grandes vencedores del partido derechista, que se alza como el conglomerado más votado en el 28-M. Pero no solo en esta colectividad sacan cuentas alegres tras la jornada para el olvido de los oficialistas PSOE y Podemos.
Señalaron que con esta maniobra se busca desviar el foco de la victoria del Partido Popular este domingo. “Es su cortina de humo para evitar las críticas por el desastre electoral que ha provocado en su partido”, dijeron sobre la decisión del jefe del gobierno español.
A juicio del líder de la derecha española, una Carta Magna "no puede ser de una parte del país en contra de la otra". Por eso, según el timonel del PP, un texto de esas características debe hacer su máximo esfuerzo por representar a todos los habitantes de un país. "Intentar tener una nueva Constitución sobre el enfrentamiento de los ciudadanos es el camino más corto hacia el fracaso", agregó el expresidente de la Junta de Galicia.