Philipp Adorf
1 mar 2025 06:00 AM
El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania dobla la cantidad de votos obtenidos en elecciones anteriores y se posiciona como segunda fuerza mayoritaria en el Parlamento alemán, con 152 asientos.
El candidato conservador y líder de la Unión Demócrata Cristiana obtuvo un 28,6% de los votos en las elecciones del país europeo.
A Friedrich Merz, líder de los conservadores, se le considera la antítesis de la ex canciller conservadora Angela Merkel,
Con Reform UK de Nigel Farage en Reino Unido y Alternativa para Alemania (AfD) subiendo fuertemente en las encuestas, el Viejo Continente ve a dos de sus grandes países inclinándose por liderazgos populistas de derecha, centrando sus propuestas en la inmigración y haciéndose pasar por elementos “fuera del establishment”.
Además de criticar al gobierno laborista de Keir Starmer, el empresario le pidió al rey Carlos III que disuelva el Parlamento británico y aseguró que la ministra de Protección Social “merece estar en prisión”. El episodio con Reino Unido se suma a su apoyo a la extrema derecha alemana, y a las críticas a jueces italianos y a la Comisión Europea.
Según los sondeos a boca de urna, el SPD, que gobierna el estado que rodea a la capital Berlín desde la reunificación en 1990, obtuvo el 31,8% de los votos, por delante del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, con el 29,2%, en una remontada de último minuto.
No es azaroso que un político declarado culpable en dos ocasiones por utilizar retórica nazi haya logrado un histórico triunfo para la extrema derecha. Tampoco lo es que una colectividad al otro lado de la vereda, liderada por una exintegrante del Partido Comunista de Alemania Oriental, creciera considerablemente en las elecciones en Turingia y Sajonia. Si bien hay matices, los une su política antiinmigración, su rechazo al apoyo a Ucrania y la cercanía con el Kremlin.
De cara a las elecciones europeas en junio, el líder de Alternativa para Alemania, Maximilian Krah, sumó una nueva polémica tras afirmar que en la organización nazi SS "no todos eran criminales". Junto con presentar su dimisión al comité ejecutivo federal de su partido, los líderes de extrema derecha Marine Le Pen y Matteo Salvini se distanciaron de él.
Hace dos semanas se inició en Alemania un juicio histórico contra un grupo acusado de planear un golpe de Estado al Bundestag en 2022, liderado por el autoproclamado Príncipe Reuss. Se trata de de un movimiento caracterizado por su rechazo al gobierno actual y su creencia en la restauración del antiguo Imperio alemán.
Los germanos están descontentos por temas como el bajo crecimiento y las tensiones sobre la política migratoria, lo que ha afectado la popularidad del canciller y ha impulsado el apoyo a partidos de extrema derecha como AfD.
El reciente triunfo de Alternativa por Alemania (AfD) en las elecciones de la comarca de Sonneberg, en el estado de Turingia, le permitió a la extrema derecha germana introducir a su primer político al frente de un órgano local de gobierno desde la Segunda Guerra. Un hito para una colectividad que ya alcanza el segundo lugar en las encuestas nacionales.
“Que un neonazi quiera llegar a nuestros niños más pequeños sin contratiempos es un asalto grave”, declaró el ministro de educación alemán, Helmut Holter.
El partido xenófobo y euroescéptico, Alternativa para Alemania (AfD), quedó como segunda fuerza política en dos comicios del en el este del país. El cansancio frente a los partidos tradicionales acentúa la división entre el este y el oeste de Alemania, a 30 años de la caída del muro de Berlín.