Daniela Huerta / Collage: Silvia Caracuel
2 jul 2024 05:50 PM
Una dolorosa separación llevó a nuestra lectora Camila, a reconectar con su pasado y con la niña sensible que una vez fue. Así transformó su dolor en un don y descubrió una nueva misión de vida. Aquí su historia.
Mujeres que llegan a terapia buscando entender por qué sienten una especie de “insatisfacción vital” sin razón aparente, para concluir que son parte de este patrón de comportamiento tan frecuente como preocupante que se genera en la infancia y que obliga a vivir de acuerdo a expectativas, negando la posibilidad de descubrir lo que a cada una le hace feliz.
Buscando la perfección de nuestros cuerpos para finalmente calzar en el estándar de lo que creemos que es bello, muchas veces nos pasamos la vida pensando que somos indeseables. Que por esa celulitis, guata o pierna gorda nadie nos va a desear, así que nos enfocamos en “mejorar”. Pero esa es la gran mentira que nos han contado, dice la autora de “Carmen, o cómo me inicié en el negocio sin ropa”, Romina Pistolas. Y es que, en su experiencia en el negocio del deseo, se ha dado cuenta de que todos los cuerpos son deseables, todos.
Vivi (sólo dejamos su apodo para resguardar su identidad) es una de nuestras lectoras; una mujer de 35 años que, después de una relación abusiva, somatizó el dolor hasta el límite. En Paula quisimos compartir su historia pues creemos que es un poderoso recordatorio de la importancia de escuchar nuestras emociones y establecer límites.