Pudo ser un Soda, pero se inclinó por El banquete de Severo Arcángelo: "padre de los piojos, abuelo de la nada". En cuatro años Andrés Calamaro regaló tres hits eternos, "Sin gamulán", "Mil horas" y "Costumbres argentinas", y cimentó el camino de una carrera incombustible.
Culto
30 jun 2017 05:37 AM