Encabezados por el subsecretario Claudio Alvarado, las filas de gobierno intentaban a última hora evitar que se apruebe el capítulo que hace referencia a violaciones a los DD.HH. En tanto, durante la mañana el senador PS José Miguel Insulza terminó ordenándose tras el diseño opositor que considera aprobar la acusación al extitular de Interior y dejar que naufrague la acusación al Presidente Piñera en la Cámara de Diputados.
"No me puedo meter en la conciencia de cada uno. Todo el mundo sabrá en conciencia cuál va a ser su voto. Pero si me pregunta a mí, como hermana, que he estado... nosotros estuvimos en el exilio diez años, él nos iba a ver, estuvo presente en el parto de mi tercera hija en Roma...", cuenta la ex directora del Conace, ex PS y esposa del exministro José Antonio Viera-Gallo.
La poca presencia del gobierno, los "choques" de Gabriel Boric y el abogado Luis Hermosilla y la incomodidad del senador José Miguel Insulza, robaron miradas en la primera jornada en el Senado.
"Soy inocente", aseguró el exministro al intervenir de manera sorpresiva en el Congreso, donde se revisaba la acusación constitucional en su contra. Este miércoles, senadores votarán el libelo.
La tradición indica que los senadores -que de acuerdo al Artículo 53° de la Constitución resuelven como "jurado" un libelo-, no pueden, por lo mismo, emitir opiniones sobre la acción parlamentaria previo a su votación. Algunos integrantes de la Cámara Alta, sin embargo, se mostraron en las semanas previas a favor de la acción en contra del exjefe de gabinete del Presidente Sebastián Piñera. Revisa aquí sus declaraciones.
Piñera ha transmitido, según fuentes del Ejecutivo, que el exsecretario de Estado no está solo y que cuenta con el respaldo de La Moneda. Así, para la votación en el Senado, el plan es que estén presentes los ministros del Interior y de la Segpres, a diferencia de lo que ocurrió en la Cámara. En paralelo, se ha contactado a parlamentarios de oposición.
En una cena con los senadores PS, Insulza reconoció el vínculo personal que tiene con el ex ministro del Interior y con su familia.
Aunque ayer se repitió la peregrinación de ministros, autoridades y parlamentarios que le daban ánimo al ex ministro vía WhatsApp, el gobierno estuvo ausente en la sala y Luis Hermosilla lo defendió solo. Parte de su argumentación fue que después de que dejó Interior "han seguido ocurriendo situaciones que son no solo complejas, sino que son reprochables".
Sólo en 1992, 2008 y 2013 se dio que una presentación hecha en la Cámara de Diputados avanzara hacia la instancia superior. En el primer caso, que involucró a jueces de la Corte Suprema y el auditor general del Ejército, sólo uno de los acusados fue destituido. En los dos casos posteriores, los protagonistas fueron ministros de Educación de signos opuestos que fueron destituidos.
La instancia estaba integrada por cuatro diputados de Chile Vamos y uno de la oposición. Mañana deberán entregar su informe, el cual no es vinculante, en la sala de la Cámara Baja.
El gobierno cree que el proceso es distinto al que se enfrentó con la acusación contra la ministra de Educación, Marcela Cubillos: esta vez la presión de las organizaciones sociales ante las denuncias de violaciones a los DD.HH. dificultará contar con "votos descolgados".
La mesa de la Cámara de Diputados informó del ingreso del libelo. Además se eligieron a los integrantes de la comisión que determinará si existen argumentos jurídicos.
Convertido en una de las dianas de los cacerolazos, manifestaciones y hashtags en redes sociales, el ministro del Interior está pasando por un trance que opaca el dramatismo político provocado por la crisis del Caso Catrillanca. Pero dentro de los muros de Palacio -y esta es la paradoja- sigue siendo el brazo derecho del gobernante y el hombre con quien sigue consultando sus decisiones.
El ministro del Interior hizo hoy un balance sobre el estado de emergencia ante una convulsionada sesión de la Cámara de Diputados, mientras desde la oposición pedían su renuncia y anunciaban acusación constitucional en su contra.
Por otro lado, Juan Andrés Fontaine planteó que no existen medidas para frenar el alza de los servicios de la luz o transporte y que la única opción sería empeorar el servicio.
