Mientras debatía especiosamente sobre las otras dicotomías (abierta-cerrada, conservadora-liberal, productivista-conservacionista, y así por delante), la izquierda europea no se dio ni cuenta de que el pueblo, el viejo pueblo llano, diferente de las élites, estaba siendo cautivado no por la derecha, sino por la ultraderecha populista y xenófoba. Hoy, la Unión Europea está escorada por la cohesión del Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) y sus políticas cuasifascistas. La izquierda casi ha desaparecido en esos territorios. ¿Y no fue por lo mismo, por hablar de otras discotomías, que Hillary Clinton fue humillada por Donald Trump?