Con cinco guionistas, buenos actores y una base argumental que podría haber sustentado una sólida historia, todo queda en intenciones. El villano es desechable, Lang y Pym sobreviven por el carisma de los actores y Avispa está brutalmente desperdiciada, en especial en una película que lleva su nombre. Es cierto que no aburre del todo, pero sus logros son del tamaño de una hormiga.
René Martín
6 jul 2018 11:26 PM