Una expedición británica-neozelandesa logró en 1958 lo que nunca nadie había podido hacer: cruzar el continente blanco por tierra.
Ignacia Olivares
30 dic 2017 11:24 PM
Una expedición británica-neozelandesa logró en 1958 lo que nunca nadie había podido hacer: cruzar el continente blanco por tierra.
Sus hielos guardan las claves adaptativas del futuro climático. Y la temporada de visitas acaba de empezar. ¿Cómo llegar a ella?
Satélites y hasta radares sísmicos se utilizaron para analizar lo que ocurría en la plataforma de hielo en la Antártica.
Larsen C está a punto de perder un trozo de hielo de 6.000 km², uno de los desprendimientos más grandes registrados en la Antártica. El temor es que alguno de estos trozos llegue al Paso Drake amenazando el tráfico naviero.
Son trozos del alga que flotan hasta el continente blanco, pasando una barrera que no se sabía que pudieran traspasar.
Casi una docena de bases se levantan en esta isla. Sus habitantes, en este punto remoto del planeta, arman camaradería y desarrollan una vida social tan internacional como la ONU. De noviembre a abril, cuando el clima es más amable, reciben turistas. Luego, otra vez solos, igual siguen la fiesta.
De acuerdo a los expertos, debido al aumento de las temperaturas y al deshielo de los polos, este fenómeno irá aumentando y la Península Antártica será un lugar mucho más verde en el futuro.
Botas despedazadas, cajas de avena y restos de sillas y mesas de principios de siglo XX son algunos de los objetos que fueron abandonados en Bahía Balleneros, una caleta yerma que hoy permanece indiferente al paso del tiempo, tal y como si se tratara de una Pompeya antártica.
Descubierta en el año 1911 por el geólogo Griffith Taylor, este fenómeno natural se había mantenido como un misterio para los expertos, hasta ahora.
Lleva el nombre de viento foehn y baja desde las grandes montañas de la península, elevando la temperatura del aire en el lado de sotavento, muy por encima del punto de congelamiento.
Según informe, la población de dos de las cinco especies está en descenso y una en aumento.
Soportan temperaturas de dos dígitos bajo cero, pero asisten a clases como cualquier escolar del país.
Por motivos logísticos, la Armada fue la primera en "autocensarse" en el continente blanco. Las bases militar y aérea lo harán el 19 de abril, junto a los civiles de Villa Las Estrellas.
No es tripulado, puede estar sumergidos bajo el agua por semanas y alcanzar una profundidad de 6000 metros. Su primera misión es en el Pasaje Orkney en la Península Antártica.
"Me preocupa que la gente crea estas cosas tan rápidamente", lamenta el científico del Instituto Nacional Antártico Chileno (INACH).