Soy Consuelo Saavedra y vivo bien a contrapelo ser una persona pública. Creo que la "opinología" y la corrección política pueden terminar matando el buen periodismo ¡Ahh! y lo de mi separación de Andrés Velasco ha sido el rumor más absurdo y persistente que he visto.
Soy Juan Cristóbal Guarello, mal genio, mal periodista, mal novelista, mal comentarista, mal cocinero, mal golfista, mal comunista, mal ciudadano, pero intento ser buen padre. Y gasto toda mi energía en eso.
Soy Maite Orsini, diputada electa por Revolución Democrática, arquera, ex cabra chica puntuda y aquí confieso que me encanta hacerme trenzas, tomo clases de ukelele y que mi corazón es azul y feminista.
Soy Pauline Kantor, ministra del Deporte, apasionada, aventurera y todoterreno. Me gusta salir jugando y no perdono un punto en la red.
Soy Gonzalo Ramírez, periodista de TVN y ahora de radio en Duna en punto. Madrugo desde las 5 AM, estoy endeudado y pago con cash. Acabo de cumplir 40 años pero me rehúso a criar guata.
Soy René de la Vega, alcalde de Conchalí, y aquí confieso que soy goloso, hace dos años que no me hago un chequeo medico, y aún guardo algunos de los trajes kitsch de mi época de cantante
Soy Axel Kaiser y en esta autoentrevista confieso que no soy aburrido. Me gusta bailar y mi profesión frustrada es ser pianista.
Soy Macarena Enriqueta, y acá confieso que fumo, tomo y bailo apretado y que de chica me decían Mac Gyver, que amo las ferreterías y cantar Criminal.
Soy Caty Purdy, una artista completa. He hecho arte con cadáveres disecados de animales y tengo varios alter ego musicales: Purdy Rocks y Cholita Sound. En esta autoentrevista confieso que ser la reina del under no es tan excitante.
Soy Alberto Montt, ilustrador, y aquí confieso lo que de verdad me incomoda, me da alergia y revelo las partes de mi cuerpo que cambiaría. Además, pedí hacer mi propia ilustración.
Yo, Oscar Contarlo tengo pánico de equivocarme en nombres o datos cuando escribo, mataría por hacerlo como Zadie Smith y, si tuviera que vivir dentro de una película, sería en Cuatro bodas y un funeral. Ah, y jamás haría una columna como esos obituarios que les hablan a las celebridades muertas.
Yo, Carlos Pinto, me hago aquí, en exclusiva, las preguntas que nadie me ha hecho, y hablo de mi ego, de infidelidad y de mi eterno miedo a caer preso.
