Nuevamente el coronavirus hace de las suyas y los organizadores dieron pie atrás a este importante evento.
Nicolás Gerlach
11 nov 2022 03:24 PM
Nuevamente el coronavirus hace de las suyas y los organizadores dieron pie atrás a este importante evento.
Con un alivio en el número de días de cuarentenas, el fin a las prohibiciones de vuelos y la reducción en el umbral para las pruebas de PCR, las autoridades chinas inician el mayor retroceso en la cuestionada estrategia sanitaria de Xi Jinping hasta la fecha. Medida que alegra a los mercados, pero que se da en medio de un importante brote a nivel nacional.
La flexibilización de las normas del Covid-19 y la ayuda al sector inmobiliario podrían impulsar el crecimiento, pero los economistas temen que la prioridad sea un mayor papel del Estado. La decisión de Xi de ascender a numerosos aliados y protegidos a puestos de liderazgo en el recién concluido congreso del partido fue interpretada por los analistas como una señal de que no se avecina una gran corrección del rumbo.
Los problemas financieros del titán inmobiliario han salpicado a las empresas de construcción, a los decoradores de interiores y a muchos otros a los que debe dinero. Las autoridades chinas evitaron un colapso desordenado, pero las dificultades de Evergrande se han extendido a todo el mercado inmobiliario chino y a muchas industrias relacionadas. La situación se ha agravado este año hasta convertirse en una recesión inmobiliaria que se ha transformado en un importante lastre para la economía china.
Las pancartas llevaban varios eslóganes, entre ellos un llamado a la destitución del Presidente Xi Jinping y al fin de las estrictas políticas del Covid-19.
La capital de China está en alerta por los contagios. Restaurantes y bares sólo sirven comida a domicilio o para llevar, los gimnasios han cerrado y las clases presenciales se suspendieron de forma indefinida.
El Politburó del Comité Central del PCCh anunció ayer que el congreso quinquenal se celebrará a partir del próximo 16 de octubre en Beijing.
A menos de una semana de que deje el cargo de alta comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet reconoció una “presión tremenda” por la publicación del reporte sobre posibles abusos del régimen de Beijing contra minorías uigures. Si bien se comprometió a entregarlo antes de fines de agosto, CNN asegura que el informe "puede retrasarse aún más, estancando lo que se considera una oportunidad crítica para pedir cuentas a China".
Las ventas y los precios de las viviendas están cayendo en muchas ciudades del país después de haber subido durante años, y el daño se está extendiendo. Y millones de departamentos “prevendidos” que los compradores han pagado siguen sin terminar, lo que ha llevado a algunos a amenazar con retener los pagos de la hipoteca.
El partido de oposición de Taiwán, que favorece lazos más estrechos con Beijing, envía una delegación al continente, lo que enfurece a la Presidenta Tsai Ing-wen.
Mediante un comunicado, que fue emitido después de la llegada de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Taipei, el ministerio de Asuntos Exteriores dijo que la visita perjudica gravemente la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
Los censores digitales de China eliminaron con rapidez las presuntas declaraciones del secretario del Partido Comunista en Beijing sobre que la capital del país normalizaría las medidas de prevención de la pandemia en ese plazo.
Millones de personas se hacen la prueba en la capital y los lugares de entretenimiento están cerrados, solo una semana después de que muchas empresas reabrieron.
La decisión de las autoridades de la capital china, de realizar pruebas ahora a alrededor de 20 millones de personas, se produjo pocos días después de que se detectaran decenas de infecciones. “Para frenar de manera resuelta el riesgo de propagación de la epidemia y mantener efectivamente la salud de los ciudadanos, se decidió ampliar aún más el alcance de la detección regional”, dijo un portavoz del gobierno municipal de Beijing.
Los funcionarios de la capital de China se apresuran para sofocar el brote incipiente y evitar que se repita la pesadilla en Shanghái, donde el número de muertos llega a 51.