En Rocketman, Taron Egerton lo da todo y es más guapo que Elton John de joven y la cámara lo quiere y uno termina queriéndolo pero no tiene personaje. Todo es tan autoayuda, tanta terapia, tanto trauma, que uno desea que sí se hubiera suicidado en esa piscina de Beverly Hills.
Alberto Fuguet
31 may 2019 10:12 PM