Después de un 2018 para el olvido, las aguas parecen un poco más calmadas ahora. Los inversionistas no han perdido la fe en el largo plazo y se multiplican las noticias de nuevos instrumentos indizados a monedas fiduciarias.
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La noticia se conoce a un año de que el presidente de la entidad, Jamie Dimon, calificara a las monedas digitales como un fraude que "no terminará bien".
En 2017, la criptomoneda estrella fue uno de los activos más rentables del mundo, con una furiosa alza de 1.400% que la empujó hasta casi US$ 20.000 por unidad. En 2018 vino la debacle.
La criptomoneda experimenta un salto de casi 8%.
Los bancos argumentaron que la sentencia que respaldó el cierre de cuentas a las plataformas hace desaparecer la necesidad de mantener las medidas cautelares dictadas en el caso.
El 17 de diciembre de 2017, la criptomoneda llegó a un intradía US$ 19.511, un nivel que nunca volvió a tocar.
Se cotiza a esta hora en US$ 3.265 y se compara con su máximo histórico de casi US$ 19.000 que anotó en diciembre de 2017.
En diciembre pasado, la chaucha costaba más de $ 8.000 y ahora, en este momento, se cotiza por debajo de los $ 50. Sus creadores,sin embargo, adoptaron medidas para facilitar su transacción.
"Estamos para hacer negocios, no para decir que no", dijo Claudio Melandri, quien no obstante se cuadró con el fallo de la Suprema.
El enfrentamiento se trasladará ahora al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
Pese a las preocupaciones sobre los delitos cibernéticos y las pérdidas de los inversionistas.
La más célebre de las criptomonedas ya había registrado una severa caída el pasado miércoles, cuando pasó bajo la barrera de los US$ 6.000.
El bitcoin sufre una contracción de 6,82% hasta los US$ 5.079, su nivel más bajo desde octubre del año pasado.
Rompió los US$ 6.000 y se encamina hacia su sexta caída consecutiva.
