El realizador de Blancanieves (2012) es el responsable de una de las mayores sensaciones del cine de animación del último año, una película que prescinde de los diálogos para desarrollar el vínculo que se forma entre un perro y un androide en Nueva York. “Este es un homenaje a los directores a los que les gusta escribir con imágenes”, plantea a Culto sobre su cinta nominada a los Oscar y recién llegada a salas nacionales. Además, cuenta por qué La Memoria Infinita lo tocó “profundamente”.
5 mar 2024 04:14 PM