Rusia capturó Sievierodonetsk la semana pasada después de varios días de intensos combates. Los residentes ahora han salido de sus sótanos y revisan entre los escombros si algo queda de sus pertenencias en una ciudad en ruinas, mientras otra parte intenta iniciar la reconstrucción.
Además, según Moscú, esta semana el total de combatientes que han dejado las armas, ascienden a más de 1.700.
El registro muestra una operación conjunta de las fuerzas de seguridad de Ucrania que luchan por bloquear el paso de las tropas rusas en la región de Lugansk.
El Servicio de Emergencia de Ucrania publicó las imágenes de vehículos carbonizados y escombros que cubrían los terrenos de las escuelas. Según las autoridades, tres muertos y doce heridos dejó el ataque.
Los trabajadores del hospital de la ciudad ucraniana de Bakhmut, en Lugansk, nunca imaginaron recibir colas de ambulancias con heridos y traumatizados desde la primera línea del campo de batalla más grande de Europa.
El alcalde de la ciudad, Adriy Sadoviv, dijo que los ataques rusos cortaron la electricidad en algunos distritos e hirieron a dos personas.
El puerto en el sur de Ucrania, que alguna vez fue una ciudad de 400 mil habitantes, ha sido arrasado por los prolongados bombardeos rusos destinados a romper la resistencia. Hoy su gente clama por ayuda.
Los combates no han cesado en la ciudad ubicada al sureste de Ucrania, en el Mar de Azov. Hoy está convertida en un escenario de guerra urbana constante.
Las imágenes dan cuenta de la destrucción que ha dejado la invasión rusa en distintas localidades de Kiev y otras ciudades del país
