La Tercera conversó con tres jóvenes afganas cuyas vidas cambiaron abruptamente tras el regreso al poder del grupo insurgente en 2021. Las niñas ya no pueden asistir a las escuelas y las jóvenes tampoco a la universidad. “No podemos ir a los parques, ni elegir nuestra ropa, y nos prohíben trabajar”, denuncian.
Desde que el grupo fundamentalista tomó el poder de Afganistán, en agosto de 2021, las restricciones en las vestimentas y el uso del espacio público de las mujeres han aumentado considerablemente, volviendo obligatorias las burkas.
Sobre la decisión del régimen talibán de obligar las mujeres a cubrir su rostro, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres dijo que “no vamos a cerrar los ojos ante esto. La misión de la ONU Mujeres está solicitando reuniones con las autoridades ‘de facto’ y tratar de aclarar esta decisión”. Desde la misión se lamentó también el anuncio de que las mujeres sólo deberían salir de su hogar “en caso de necesidad”.
Las mujeres, en particular, se enfrentan a restricciones más estrictas bajo el nuevo gobierno de Afganistán.
Las mujeres tienen miedo de salir o hablar cuando comienzan las represiones de las libertades.
Un hombre paquistaní vestido con un burka es quien abusó de Azan Majid Janjua, de 11 años, tras raptarlo de una mezquita de Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos. La Policía local asegura que llevó al pequeño a una azotea, donde al día siguiente fue encontrado el cuerpo sin vida.
