Alrededor de 11 millones de habitantes, que viven en 291 comunas del país, no tienen acceso a información respecto de la calidad del aire que respiran. Esto, porque carecen de estaciones de monitoreo. Una primera solución a este problema es ampliar las posibilidades de información consolidando datos de sistemas satelitales mediante inteligencia artificial, además de sumar redes ciudadanas de monitoreo en localidades puntuales. Estas son algunas de las conclusiones a las que arribó un reciente estudio del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la U. San Sebastián, en un país donde 3.600 personas mueren cada año por enfermedades asociadas a la contaminación atmosférica.