El retorno de Michelle Bachelet no fue el de una política, sino el de una salvadora con un tenue tono mesiánico. El desplome que tuvo su popularidad es una combinación de esas expectativas y la realidad con la que tuvo que lidiar. Durante su segundo mandato, los chilenos vimos cómo se derrumbaba ese cuento de hadas que nos aseguraba que en nuestro país la corrupción era un problema irrelevante.
Óscar Contardo
10 mar 2018 03:25 PM