Imágenes muestran un lugar prácticamente deshabitado antes de la explosión inmobiliaria de las útlimas décadas.
20 jun 2024 08:58 AM
Imágenes muestran un lugar prácticamente deshabitado antes de la explosión inmobiliaria de las útlimas décadas.
Residentes y copropietarios comenzaron a retirar sus pertenencias después de la decisión de la edil viñamarina, no sin dejar ver su preocupación de que los edificios terminen abandonados. Al menos cuatro juntas de vecinos presentaron una denuncia en Contraloría, sumándose al recurso de protección de otro de los edificios.
Tras el reciente socavón provocado en el campo dunar de la Quinta Región, actualmente atestado de edificios, se instaló nuevamente la polémica en torno a la viabilidad de estos proyectos. Una colección de Enterreno muestra cómo era el sector entre los años 50 y 80 cuando no había más que arena.
Se trata de tres anteproyectos de cuatro edificios, permisos de obra nueva para cinco torres y un local, la modificación de cinco proyectos, la recepción parcial de un edificio y un total de cuatro inmuebles. A cinco de ellos la Dirección de Obras Municipales también les aprobó certificados de copropiedad inmobiliaria, lo que permite vender. El director Julio Ventura, a quien la alcaldesa busca destituir, también ha aprobado la fusión y subdivisión de decenas de predios, constituyendo al menos 11 nuevos terrenos donde proyectar viviendas.
Al cambio de hogar forzoso que han debido experimentar, al menos una decena de los residentes del Miramar Reñaca sufrieron durante estos últimos días el hurto de algunos de los enseres que se mantienen en sus hogares y que, paradójicamente, no pueden retirar sin permisos y una declaración jurada. "Tenemos temor de que nos vuelvan a robar o, Dios no quiera, se tomen estos departamentos”, dicen.
Algunos de los residentes de los edificios evacuados aseguran que no firmarán la declaración jurada exigida para ingresar y retirar enseres, pues ella exime de responsabilidad al Estado en caso de producirse algún accidente.
La acción, rechazada por la Corte de Apelaciones, buscaba que los residentes evacuados pudieran retornar a sus hogares hasta conocer los informes técnicos que respalden el desalojo. “No se advierte la existencia de un acto ilegal”, reza el fallo, aunque la teleserie continuará, toda vez que algunos propietarios, representados por dos abogadas, presentaron un recurso de reposición.
El catálogo nacional del Sernageomin da cuenta de 10 remociones en masa en el entorno del campo dunar en los últimos 16 años. Tres de ellas se produjeron por sismos, otras tres, por precipitaciones y dos (las actuales) por la rotura de un colector de aguas lluvias. Como consecuencia, se ha observado la caída de casas construidas sobre dunas, destrucción de habitaciones, arena cubriendo los primeros pisos de un edificio y la fractura de calles, veredas y losas de estacionamientos.
Tras los bullados casos causados por socavones en el campo dunar de Reñaca Norte, se reveló otro caso similar en Cachagua. En este mismo sector una investigación de 2001 ya revelaba la fragilidad de estos ecosistemas y explicaba por qué no se debían intervenir y menos construir edificios habitacionales.
Mientras el contrato entre la aseguradora Mapfre y la comunidad del edificio Miramar Reñaca solo cubre “riesgos de la naturaleza”, Sernapesca pidió investigar la presunta "afectación a especies hidrobiológicas" producto de los deslizamientos, al tiempo que un abogado denunció al Fisco “la grave amenaza de ruina y peligro”. Asimismo, la Fundación Defendamos la Ciudad pidió a la alcaldesa Ripamonti autodenunciar al municipio para que la Fiscalía investigue los permisos de obras, todo esto en tanto los edificios se mantienen inhabitados.
La formación de un probable nuevo sistema frontal, el que podría dejar algunas lluvias en la costa de la Quinta Región, vuelve a poner presión sobre el futuro de estas dos construcciones.
Tras el reciente socavón provocado en el campo dunar de la Quinta Región, actualmente atestado de edificios, se instaló nuevamente la polémica en torno a la viabilidad de estos proyectos. Una colección de Enterreno muestra cómo era el sector entre los años 50 y 80 cuando no había más que arena.
Además de lo intenso de las precipitaciones que provocaron un segundo socavón y obligaron a la evacuación del edificio Miramar Reñaca, la titular de Obras Públicas señaló que el cambio climático y la construcción sobre dunas son otras razones para explicar lo ocurrido en Viña del Mar.
Tras el último desprendimiento sucedido en las dunas de Concón, y considerando que esta semana podría presentarse un nuevo sistema frontal, se activan las alertas sobre posibles riesgos de remociones de tierra, un fenómeno sorpresivo que se “puede acelerar” por el efecto de las lluvias.
Expertos advierten que el entorno está en "una condición vulnerable frente a eventos externos” como las precipitaciones pronosticadas para este fin de semana. "El poder erosivo del agua es importante, más aún si está encauzada”, añaden.