El 2 de noviembre se cruzaron Kevin Garrido (21) y Lucas Bravo (22) en el módulo 24 del penal Santiago Uno. Uno estaba ahí preso por colocar bombas; el otro, por un portonazo que terminó en homicidio. De ese encuentro, solo uno salió vivo. La que sigue es la historia de violencia que antecedió a esa pelea y que marca las relaciones internas en la principal cárcel concesionada del país.
Juan Pablo Figueroa
10 nov 2018 02:03 PM