Los caminos de Atacama que llevan a Huasco y Freirina fueron cortados. La decisión de autorizar una planta termoeléctrica, en el primero, y de reabrir una de cerdos, que luego fue cerrada, en el segundo, dividió a sus habitantes entre quienes defendían los trabajos y los que prendían neumáticos por el medioambiente. Así quedó el campo de batalla.
Ignacio Bazán
16 dic 2012 12:31 AM